La mayoría de los ciudadanos opina que la inteligencia artificial debe ser regulada.

El análisis más reciente, llevado a cabo en colaboración entre el Programa de Valor de Umbral Político del Instituto de Estudios Sociales (IDEPO) y el Programa de Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación de la Escuela de Sociología de la Universidad Nacional (UNA), aborda las inquietudes que la población tiene sobre la inteligencia artificial (IA) y su integración en la vida cotidiana.

La recolección de datos se realizó del 14 al 24 de mayo de 2025, logrando un alto nivel de confianza del 95% y un margen de error del 3.8%. Este estudio se orienta a comprender no solo las opiniones sobre la IA, sino también cómo perciben los ciudadanos su regulación y la confianza que depositan en estas tecnologías emergentes.

Un significativo 87% de los participantes en la encuesta considera que la IA debería ser regulada. Este pensamiento es predominantemente sostenido por hombres mayores de 50 años, así como por mujeres en el rango de 26 a 35 años, lo que resalta un margen generacional en la percepción de la tecnología.

El estudio revela que un 25% de los encuestados confían en la IA, mientras que un 17.7% no confían en ella en absoluto y solo un 5.25% expresa una confianza total. Esto pone de manifiesto una polarización en las actitudes hacia estas herramientas digitales. Además, entre quienes utilizan IA, más de 8 de cada 10 la emplean como asistentes virtuales y chatbots. Otras aplicaciones tienen menor aceptación, como «aplicaciones y plataformas para uso específico» (4.8%), «comunicación y redes» (4.6%) y «pensamiento y texto» (2.7%).

AI: valores y comportamientos

La mayoría de los encuestados (67%) opina que la ciencia y la tecnología tienen un impacto considerable en sus vidas. Esto sugiere que estos conceptos no se perciben como meras abstracciones, sino como instrumentos activos y esenciales en la resolución de problemas cotidianos. El informe resalta que el 91.5% de los participantes están «totalmente de acuerdo» o «algo de acuerdo» con la idea de que la ciencia y la tecnología contribuyen a la mejora de la calidad de vida de las personas.

Cuando se les pregunta si las nuevas tecnologías deben ser usadas con precaución, un 79.2% de las mujeres y un 78.1% de los hombres afirman estar totalmente de acuerdo. Esta precaución se origina de la percepción de que, con el tiempo, los avances en tecnología podrían transformar los valores fundamentales de la sociedad: el 7.5% considera que esto sucederá de manera absoluta o en alguna medida.

Desde una perspectiva filosófica, la encuesta presentada por IDEPO y la Escuela de Sociología invita a cuestionar si estos cambios podrían hacer que las personas pierdan su comprensión de lo que es bueno y lo que es malo. Las opiniones aquí son variadas, aunque la inclinación mayoritaria se sitúa en quienes están «totalmente de acuerdo» (30.7%), en contraste con quienes no están en lo absoluto de acuerdo (15.9%). Una significativa mayoría (62.3%) manifiesta que la ciencia debe estar guiada por principios éticos, mientras que tres cuartas partes creen que la investigación científica debe dirigirse hacia el bienestar social.

Entre «neutral» y optimismo

En un análisis más amplio, los ciudadanos suelen adoptar una postura neutral al evaluar la relación entre la actual situación global y el avance científico y tecnológico, siendo este grupo representado por un 23.8%. Asimismo, un 17.2% se identifica como optimista respecto a estos desarrollos. A pesar de ello, un 60.3% está en desacuerdo con la noción de que solo un pequeño grupo de personas puede ser innovador, aunque un 13.9% respalda esta perspectiva.

Cerca del 30% de los ciudadanos cree que Costa Rica sobresale en innovación, mientras que un 69.3% muestra un interés activo en temas relacionados. Tanto hombres como mujeres asocian la innovación principalmente con «innovaciones tecnológicas» y «progreso a lo largo del tiempo».

Uso y hábitos

El informe sobre la percepción de la población costarricense en relación con la ciencia, la tecnología y la innovación indica que casi la totalidad de la población (96.8%) tiene acceso a Internet. Del total, un 40% corresponde a personas mayores de 50 años, mientras que un 26% pertenece al grupo de 36 a 50 años y un 19% está en la franja de 26 a 35 años. La utilización de Internet se orienta principalmente hacia el entretenimiento, como lo indica el 75% de los encuestados. Sin embargo, este uso no es exclusivo, ya que el 72% interactúa con otras personas, el 49% se conecta con colaboradores laborales, el 43% busca información y el 31% utiliza la red para realizar diferentes trámites.

A pesar de esta conectividad, la mitad de los encuestados reporta haber tenido que ajustar sus finanzas para poder acceder a nuevas tecnologías. En cuanto a su interés en los problemas de ciencia y tecnología, un 71.9% de los hombres informa que obtiene información sobre estos temas principalmente a través de Internet (62.4%), mensajes escritos o visuales (40.5%) y programas de difusión (26.5%). Las tendencias son similares en las mujeres, aunque con porcentajes distintos: el 48.8% usa Internet, un 35.6% prefiere mensajes escritos o visuales y un 22.5% se informa mediante programas de difusión.

Altas calificaciones son otorgadas tanto por hombres como por mujeres a la televisión (44.3% y 37.1% respectivamente), videos (33% y 25.7%), mientras que las redes sociales cuentan con un respaldo significativo, siendo utilizadas por un 64.4% de los encuestados, aunque solo un 17.2% las usa como fuente principal de información. Es esencial destacar que una gran mayoría de la población, tanto hombres como mujeres, coinciden en que la información sobre ciencia y tecnología es suficiente y logran identificar diferentes perspectivas sobre el tema, lo que se valora como muy positivo en el presente informe.