San José, 17 de diciembre (elmundo.cr) – En un contexto internacional marcado por una desaceleración económica global, mayor incertidumbre geopolítica y un giro hacia políticas más proteccionistas en Estados Unidos, En 2026, Costa Rica enfrentará un escenario desafiante que requerirá decisiones estratégicas tanto del sector público como del privado.
Esto se desprende del análisis presentado. economista Rodrigo Cubero de CEFSA durante la reunión «Perspectivas económicas y perspectivas para 2025-2026»organizado por Coopenae-Wink, en el que se discutieron las principales tendencias globales y su impacto en la economía nacional.
El entorno externo seguirá siendo decisivo para el desempeño económico del país, dado que Estados Unidos es el principal socio comercial de Costa Rica, así como la mayor fuente de turismo e inversión extranjera directa. La nueva política económica de ese país presionó al aumento de la inflación y las tasas de interés.al tiempo que frenaría su crecimiento, lo que tendría efectos directos en las exportaciones, el turismo y los flujos de capital hacia economías como Costa Rica.
Economía de dos velocidades
El análisis muestra que la economía nacional mantiene un comportamiento desigual. Si bien las actividades asociadas a las zonas francas, especialmente la manufactura avanzada y los dispositivos médicos, continúan mostrando impulso, la economía nacional, que representa cerca del 85% de la producción, crece a un ritmo mucho más lento.
«El principal desafío que enfrentará el nuevo gobierno es, sin duda, estimular el crecimiento económico fuera de las zonas francas. Es muy importante crear una agenda que genere mayor competitividad. Esto significa bajar costos de producción, significa a su vez bajar beneficios sociales, significa abrir el mercado eléctrico a precios más bajos, significa mejorar la infraestructura y en general se deben hacer una serie de reformas para bajar los costos del crédito en Costa Rica», explicó Cubero.
Sectores como la construcción, la agricultura y parte del comercio siguen mostrando debilidad, lo que se refleja en una menor inversión, un bajo crecimiento del crédito y un mercado laboral que muestra signos de fragilidad, con una población ocupada cada vez más reducida y una menor participación de la fuerza laboral.
A esto se suma la apreciación del tipo de cambio real, que afectó la competitividad de las exportaciones, el turismo y la producción que compite con las importaciones, limitando el potencial de crecimiento económico y la creación de nuevos empleos.
Los principales retos económicos para 2026
De cara al próximo año, el país enfrentará una serie de desafíos estructurales y cíclicos que marcarán la agenda económica:
- Menor ritmo de crecimiento económicotanto en la economía interna como en las zonas francas, bajo la influencia del entorno externo desfavorable, la apreciación del tipo de cambio y la incertidumbre asociada al proceso electoral.
- Persistencia de una inflación muy bajapor debajo del objetivo del Banco Central, lo que podría generar riesgos de retraso en el consumo y la inversión, así como presión sobre el empleo.
- Condiciones financieras restrictivasque siguen limitando el crecimiento del crédito al sector privado y la recuperación económica.
- Pérdida de competitividad en el mercado de valorescon efectos negativos sobre las exportaciones, el turismo y los sectores productivos locales.
- Falta de mano de obra calificadaespecialmente en manufactura avanzada, servicios especializados y sectores intensivos en conocimiento.
- Creciente inseguridad y malestar socialfactores que afectan el clima de negocios y la confianza de los consumidores e inversores.
- Presiones fiscales y políticaslo que podría debilitar la regla fiscal y afectar la confianza del mercado y el apoyo de los organismos internacionales.
Riesgos y oportunidades externos
Entre los principales riesgos externos se encuentran posibles mayores tasas de interés internacionales, shocks geopolíticos que afecten los precios de las materias primas y el transporte, así como un mayor impacto de las políticas proteccionistas estadounidenses en el comercio y la inversión.
Sin embargo, Costa Rica conserva ventajas relevantes. El país mantiene condiciones macroeconómicas relativamente favorables, una mejora continua de su perfil fiscal y un sistema financiero sólido. Además, existen importantes oportunidades para atraer inversiones y diversificar la producción en sectores como los servicios basados en el conocimiento, la inteligencia artificial, la logística, los semiconductores, la agroindustria y la agricultura regenerativa.
El análisis destaca que, en un entorno global más fragmentado y competitivo, la capacidad de adaptarse, innovar y diversificarse será clave para que las empresas y la economía costarricense afronten con éxito los desafíos del 2026 y sienten las bases de un crecimiento más sostenible e inclusivo.




