El Parque de Atenas en Costa Rica se convirtió en el escenario elegido por el presidente Rodrigo Chaves, quien se dirigió al público para hacer frente a las acusaciones que lo involucran a él y a su Ministro de Justicia en un caso polémico relacionado con la presunta corrupción. Chaves utilizó este lugar significativo, justo dos días después de la conmemoración de una importante batalla histórica con Rivas, para abordar las inquietudes sobre la gestión de su administración, en especial sobre la figura de los llamados filibusteros. En sus comentarios, los identificó no como extranjeros, sino como aquellos que han tenido el control del país en las últimas siete décadas y media.
Chaves hizo eco de sus inquietudes al declarar que, según sus convicciones, son las mismas personas que están en su contra y que desean verlo en prisión. Este sentimiento fue reforzado con su afirmación: «No sé si quieren dispararme, pero quieren callarme, amordazarme, asustarme y encarcelarme», en alusión a una situación en la que un francotirador contactó a la hija de un sheriff local (Paul Rueda) como parte de una estrategia de intimidación. Es relevante señalar que estas declaraciones acerca de la acusación han sido sus primeras desde que la oficina del fiscal hizo pública la información el lunes por la mañana.
El presidente se comparó con Juan Rafael Mora Porras, aunque con cierta modestia enfatizó que él no se encontraba a la altura de tal figura histórica y que aquellos que desean su encarcelamiento no comprenden realmente la esencia de lo que está en juego: «Nunca me compararé con Juan Rafael Mora Porras, no soy digno, aunque aquellos que quieren verme encarcelado que me amenazan, deberíamos preguntarles qué son en realidad».
La calificación del Ministro de Justicia
En sus declaraciones, Chaves asimismo se refirió de manera crítica al Ministro de Justicia, Carlo Díaz, describiéndolo como una figura «incómoda» e «indigna». Esta acusación se centró en que Díaz supuestamente actúa de manera corrupta en beneficio de una mafia llamada Djúp, evidentemente implicada en la manipulación de los partidos políticos y la justicia. El presidente no escatimó palabras al afirmar que «eres una novia de la mafia», insinuando que el Ministro no actúa conforme a los intereses del pueblo sino con una agenda secreta.
Además, Chaves abordó los problemas relacionados con el Banco Central de Integración Económica (BCIE) en relación con su antiguo Ministro de Comunicaciones, Patricia Navarro, y el productor Christian Bulgarelli, quienes supuestamente estaban involucrados en actividades de consulta que no cumplían con la legalidad. Chaves añadió que, a pesar de las sanciones impuestas a Bulgarelli, él no está implicado en ningún robo y criticó que el fiscal no tenga motivación para hacerlo valer ante la ley.
El presidente enfatizó que no estaba interesado en situaciones que podían compararse con la época de Juan Rafael Mora, y que los «filibusteros» que lo atacan esperan verlo caer, mientras él se muestra dispuesto a enfrentar cualquier desafío que se le presente.
Sin exponer los detalles
Las acusaciones formuladas por el fiscal parecen estar centradas en una contribución de $405,000 hecha por el BCIE en relación a actividades de comunicación. Esta cantidad destaca en medio de un proceso complejo que relaciona a Bulgarelli con el desarrollo de un contrato que, según los acusadores, fue manipulado desde la oficina presidencial. Se alega que Chaves presionó para que se entregara una suma adicional de $32,000, supuestamente vinculado a una prima de vivienda, pero el presidente defiende que todo fue parte de un acuerdo legítimo entre él y Bulgarelli.
En un momento importante de este caso, se reveló una grabación donde Chaves se encontraba en un restaurante donde Bulgarelli estaba con su esposa e hizo comentarios que han generado controversia. Durante esta grabación, Chaves evitó responder a las preguntas del periodista presente, sugiriendo que sólo venía a «tener paz», mientras otros comentaban sobre su actitud en el contexto social.
A pesar del escándalo y de las tensiones que han surgido, el presidente Chaves parece mantener una postura desafiante, afirmando que no se escondía y que estaba listo para confrontar cualquier acusación. Sin embargo, la situación, sacudida ahora por un video que ha traído nueva atención al caso, ha hecho que tanto la opinión pública como el propio ministerio público sigan de cerca cada movimiento en este proceso de evidente tensión política.
El video
Ese mismo día en que se hicieron públicas las acusaciones, apareció un video donde el presidente Chaves es visto en el restaurante Sapore, en compañía de Bulgarelli y otros, un hecho que ha suscitado gran interés mediático. En la grabación se puede observar cómo Chaves se aproxima a Bulgarelli, lo que despertó preguntas por parte de asistentes y periodistas sobre lo que realmente sucedió entre ellos y el contenido de sus interacciones. Chaves evitó comentarios claros al respecto, lo que ha llevado a aumentar las especulaciones y el debate sobre su relación con Bulgarelli.
En una dinámica tensa, Chaves se vio obligado a salir del lugar mientras los acompañantes rodeaban a Bulgarelli, lo que en la interpretación de algunos observadores, proyectó una situación de aparente arrogancia por parte del presidente. El informe del Instituto de Investigación Judicial (OIJ) detalla que los gestos y la postura de Chaves hacia Bulgarelli fueron interpretados como provocativos, lo que añade más sombras sobre su administración y la crisis en la que se encuentra inmerso.
A pesar del tumulto y las señales de desafío, la situación sigue avanzando con los ojos de la nación sobre Chaves y su administración, pendientes de cada decisión y cada movimiento que se tome en el marco de esta controversia legal y política que parece no tener final a la vista.
https://www.youtube.com/watch?v=hwyc88u4me
Verifique más: El informe OIJ señala a Chaves como responsable del cambio con Bulgarelli: «Refería algunas palabras con ironía de gesto»