En Washington, el 10 de abril, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, compartió su visión optimista respecto a la inminente serie de conversaciones que tendrán lugar en Omán a partir del próximo sábado. Estas conversaciones están centradas en las relaciones entre Estados Unidos e Irán, y Rubio destacó su esperanza de que estas negociaciones conduzcan a un clima de paz duradero en la región.
El funcionario estadounidense subrayó la importancia de la reunión programada, agradeciendo a quienes están facilitando el encuentro. «El sábado será un momento crucial, ya que se llevarán a cabo conversaciones directas entre el embajador de Witkoff y un alto líder en Irán. Aspiramos a que esta interacción pave el camino hacia la paz», expresó Rubio durante una reunión del gabinete con el presidente Donald Trump y otros miembros del gobierno.
El Departamento de Estado, en un comunicado emitido el martes, confirmó esta próxima serie de discusiones en Omán. Sin embargo, fue claro en señalar que estas conversaciones no constituyen una negociación formal, sino más bien una etapa preliminar destinada a explorar los temas que podrían abordarse en diálogos futuros.
Por su parte, el canciller iraní, Abbas Araghchi, mencionó que las conversaciones que se llevarán a cabo en Omán poseen un carácter indirecto. «No creemos que conversas directas estén en línea con el objetivo de estas consultas», afirmó. Araghchi también comentó sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo, subrayando que eso dependerá de la voluntad y la mentalidad de la administración de Washington.
En un contexto más amplio, el presidente Trump había manifestado anteriormente, durante una entrevista con NBC News el 30 de marzo, que estaba listo para evitar cualquier tipo de confrontaciones militares con Irán. Sin embargo, dejó claro que esto solo sería posible si ambas naciones logran llegar a un consenso respecto al controversido programa nuclear iraní. Esta sutileza en la política exterior refleja la tensionada saga que han experimentado estas dos naciones desde la firma del acuerdo nuclear en 2015.
Ese acuerdo, conocido como el Plan Conjunto de Acción Integral (PAIC), fue el resultado de negociaciones entre Irán y un grupo de países conocidos como el P5+1, que incluye a Rusia, Estados Unidos, el Reino Unido, China, Francia y Alemania. Este pacto impuso restricciones al programa nuclear de Irán, para asegurar que no desarrollase capacidades bélicas nucleares. Sin embargo, en mayo de 2018, Trump decidió retirar a Estados Unidos de este acuerdo, lo que llevó a la imposición de sanciones unilaterales contra la nación persa.
Posteriormente, Teherán comenzó a cuestionar su cumplimiento del acuerdo, alegando que sus compromisos habían sido permanentemente afectados. Las negociaciones de recuperación del pacto comenzaron de nuevo en 2021 en Viena, pero se estancaron en marzo de 2022, lo que genera incertidumbre en la comunidad internacional y en las relaciones entre ambos países. Las expectativas puestas en las próximas conversaciones en Omán son significativas, y muchos observadores esperan que puedan servir como un primer paso hacia un diálogo más constructivo. (Sputnik)