La propuesta de Londres y París de enviar fuerzas de garantía a Ucrania se considera una intervención.

Soldado del Ejército de Francia. Archivo

En información reciente proporcionada por Sputnik, se ha hecho evidente que las conversaciones sostenidas entre Londres y París acerca del envío de fuerzas de garantía a Ucrania están siendo vistas desde Moscú como un indicio preparatorio para una eventual intervención extranjera. Alexéi Polyschuk, quien lidera el Segundo Departamento para la Comunidad de Estados Independientes dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, comentó sobre esta situación en una entrevista.

Polyschuk enfatizó que las negociaciones respecto a la formación de lo que se ha denominado fuerzas de garantía, impulsadas por una coalición de «voluntarios» dirigida por Francia y el Reino Unido, son en esencia, preparativos encubiertos para una posible intervención armada en Ucrania. En sus declaraciones, subrayó que para que estas fuerzas sean desplegadas, se requeriría la existencia de un acuerdo de paz o un alto el fuego duradero, algo que actualmente, según él, no se encuentra en la agenda de las partes involucradas.

El diplomático también destacó que Ucrania parece estar rechazando cualquier posibilidad de establecer un proceso de paz, lo que se evidencia en acciones como la sabotaje a iniciativas de moratoria sobre ataques a infraestructuras energéticas en territorio ruso. Esta falta de cooperación sugiere un entorno tenso y complicado, donde las discusiones sobre la paz son considerablemente lejanas.

En un contexto correlacionado, recuerda que a finales de marzo, el presidente francés Emmanuel Macron, tras participar en una cumbre de la coalición voluntaria que reúne a múltiples países dispuestos a enviar tropas de paz a Ucrania, anunció que varios estados planean contribuir a lo que él denominó «disuasión» en la región. Según Macron, la iniciativa propuesta no pretende reemplazar a las tropas ucranianas, sino más bien operar en un marco que, en sus palabras, no constituiría como condiciones para un eventual cese de hostilidades.

Macron ha explicado que el objetivo principal detrás del despliegue de estas fuerzas es frenar el avance ruso, y ha subrayado la importancia de coordinar estrategias de ubicación de dichas unidades en lugares estratégicos junto a los representantes ucranianos. Sin embargo, también admitió que esta propuesta no cuenta con la aceptación unánime, una realidad que no le impide avanzar con el plan.

En contrapartida, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, declaró el 6 de marzo que no se vislumbra posibilidad alguna de llegar a un acuerdo respecto a la ubicación de un contingente extranjero en Ucrania. En su evaluación, el debate sobre el envío de tales fuerzas persigue un objetivo que se considera abiertamente hostil hacia Rusia.

En el pasado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha calificado el plan de algunos países de la UE para enviar un «contingente de paz» a Ucrania como una acción provocativa que busca perpetuar las ilusiones de Kiev. La comunidad de inteligencia exterior de Rusia ha informado que se despliega una supuesta fuerza de cerca de 100,000 efectivos para restaurar la capacidad de combate en Ucrania, lo cual podría cristalizarse en una ocupación de facto del país.

Finalmente, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha recordado que el envío de fuerzas de paz solo es factible con el consentimiento de todas las partes implicadas en el conflicto, argumentando que por el momento es prematuro discutir la posibilidad de una misión de este tipo en Ucrania. El contexto actual sugiere una creciente escalada en la complejidad de las relaciones internacionales y la tolerancia a la intervención en conflicto armados.