En una reciente declaración que ha resonado en el ámbito internacional, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, afirmó que los países de América Latina no deben ser considerados como un «patio trasero» por ninguna potencia extranjera. Este pronunciamiento se produce en el contexto de un creciente interés de Estados Unidos en la región y las tensiones entre las dos naciones.
Durante su intervención, Wang Yi expuso que los pueblos latinoamericanos aspiran a construir «su propia casa» sin verse obligados a ser subordinados a las influencias externas. «Lo que buscan es independencia, sin doctrinas de dominio«, aseveró el canciller chino, enfatizando la necesidad de respeto a la soberanía de cada nación en el continente. Sus palabras fueron compartidas a través de un comunicado difundido por las embajadas chinas en Brasil a través de las redes sociales, lo que refleja la estrategia comunicativa de China para fortalecer sus lazos con América Latina.
No obstante, estas declaraciones llegan justo después de que Pete Hegesh, el jefe del Pentágono, hiciera comentarios en una entrevista con Fox News, donde expresó la visión del gobierno estadounidense sobre la situación en la región. Hegesh mencionó que la Casa Blanca busca «reparar» los niveles de influencia estadounidense en lo que han denominado su ‘patio trasero’, tras varios años de creciente influencia de China en naciones de América del Sur y Central.
Hegesh realizó estas afirmaciones tras una visita a Panamá, donde discutió los esfuerzos del gobierno estadounidense para restaurar su influencia, especialmente en relación con el canal de Panamá. «El presidente Trump afirmó que China tiene una influencia desmedida en el canal de Panamá, y que Estados Unidos lo restaurará«, apuntó Hegesh. Esta declaración subraya la competencia geopolítica en la que están inmersos ambos países, donde cada uno busca afirmar su poder e influencia en la región.
Las palabras del funcionario del Pentágono se produjeron en un contexto más amplio conocido como la Guerra Arancelaria, iniciada por el expresidente Trump contra más de 180 socios comerciales. Esta guerra ha sido especialmente dura en relación con China, donde se han impuesto tarifas de hasta el 145%. (Sputnik) A medida que estas dinámicas se desarrollan, la lucha por la influencia en América Latina se definiría no solo por la economía, sino también por la visión de cada potencia respecto a la autodeterminación y el desarrollo de los países latinoamericanos.