El presidente Arce no logra captar el apoyo de los votantes en Bolivia, cinco meses tras las elecciones.

Presidente de Bolivia, Luis Arce.

En la ciudad de Santa Cruz, Bolivia, el clima político parece volverse cada vez más complejo y desfavorable para el actual presidente, Luis Arce. Solo han transcurrido cinco meses desde las elecciones generales, y la situación económica, marcada por una inflación persistente, ha comenzado a generar dudas en la opinión pública acerca de su liderazgo y efectividad. El descontento comenzó a crecer entre los ciudadanos, quienes expresan su preocupación por el estado actual del país y la dirección que está tomando bajo su gobierno, lo que podría impactar en las futuras elecciones.

Según los análisis realizados por diversos expertos en política local, el sentimiento hacia Arce se ha deteriorado, con un panorama electoral que no se ve prometedor. Un experto en la materia, Mercado, observó que «el sentimiento en las calles en términos del presidente Luis Arce desafortunadamente no es uno de los mejores», resaltando que hay una notable falta de motivación entre las personas para respaldar su candidatura en las próximas elecciones, programadas para el 17 de agosto. Este desencanto podría ser un factor determinante en la manera en que los ciudadanos se preparan para acudir a las urnas.

Además, el Tribunal Electoral Supremo de Bolivia (TSE) anunció el pasado 4 de abril la fecha oficial para las próximas elecciones, que contempla la elección de presidente, vicepresidente, senadores y delegados por un periodo que va desde 2025 hasta 2030. Con este anuncio, se dio inicio a un proceso electoral que podría cambiar drásticamente el rumbo del país.

El Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Arce, tiene la tarea complicada de presentar un binomio que logre captar el interés del electorado; esto se confirmará el 3 de mayo. La fecha límite para el registro de candidatos está establecida para el 18 de mayo, lo que deja poco tiempo para definir estrategias y alianzas.

Los analistas advierten que el MAS necesita una reflexión seria sobre las posibilidades de Arce como candidato. Mercado afirmó que «deberían analizar las opciones, realmente analizar si Luis Arce es un candidato potencial con perspectivas para ganar»; en caso contrario, la búsqueda de nuevos rostros podría ser una estrategia esencial para evitar un revés en las elecciones.

El gobierno de Arce ha estado enfrentando múltiples desafíos desde su inicio, incluyendo las consecuencias de la pandemia de Covid-19, sumadas a la caída en las exportaciones de gas natural a Argentina, lo que ha resultado en una falta de divisas y, en consecuencia, una inflación que alcanzó el 3.24 por ciento en febrero. Este contexto complejo podría estar influyendo significativamente en la percepción pública sobre su gestión.

Con el pronóstico de que la oposición, especialmente el sector del derecho, pueda tener finalmente una oportunidad de triunfo en estas elecciones, la situación se ha vuelto crítica. Si esto se materializa, podría representar un cambio drástico en la política boliviana, poniendo en riesgo los logros alcanzados durante los últimos 20 años de gobierno del MAS, primero bajo la dirección de Evo Morales, y luego bajo Arce. La incertidumbre sobre el futuro del país está presente, y los votantes están cada vez más ansiosos por hacer oír su voz.

La reciente publicación de la convocatoria oficial marca el inicio formal de la carrera electoral en Bolivia, con una campaña programada que se extenderá del 19 de mayo al 13 de agosto. Este es un momento decisivo en el que los actores políticos deberán intensificar sus esfuerzos para conectar con la ciudadanía y abordar las preocupaciones más apremiantes que enfrentan los bolivianos en la actualidad.