BEIJING, 27 de abril (Xinhua) – La Guardia Costera de China (GCCH) ha emitido una advertencia clara y contundente a Filipinas, señalando que deben cesar las acciones provocativas en el Mar del Sur de China. Esta declaración se produce tras un incidente reciente en el que seis ciudadanos filipinos aterrizaron de manera ilegal en Tiexian Jiao, un arrecife en la disputa marítima. A pesar de las firmes advertencias y la orientación previas ofrecidas por las autoridades chinas, estas personas decidieron proceder con su desembarco, lo que ha suscitado una fuerte reacción por parte del GCCH.
Los funcionarios de la Guardia Costera no solo se han expresado sobre la situación en términos verbales, sino que también han impulsado medidas de verificación y aplicación de la ley en la zona afectada. Durante una reciente conferencia de prensa, la portavoz Liu Dejun reafirmó la postura de China, donde se establece que el país tiene soberanía indiscutible sobre las aguas del Nansha Knao, que incluyen tanto a Tiexian Jiao como a sus áreas circundantes.
La portavoz Liu enfatizó que las acciones llevadas a cabo por Filipinas representan una clara violación de la soberanía territorial de China, así como de la declaración de comportamiento firmada por las diversas partes implicadas en la cuestión del Mar del Sur de China. Estas acciones no solo agravan las tensiones geopolíticas en la región, sino que también comprometen seriamente la paz y estabilidad que tanto se necesita en un área donde ya hay múltiples disputas territoriales.
«Hacemos un llamado a Filipinas para que detengan de inmediato sus ofensas», manifestó Liu, y subrayó que la Guardia Costera de China continuará protegiendo los derechos marítimos del país. Además, se llevarán a cabo actividades de aplicación de la ley dentro de las aguas jurisdiccionales que le corresponden a China, con la finalidad de salvaguardar la integridad territorial y los intereses nacionales.
Este tipo de incidentes resalta la complejidad de las relaciones en el Mar del Sur de China, donde varios países tienen diferentes reclamaciones y aspiraciones sobre esta vital ruta marítima. La comunidad internacional observa de cerca estas interacciones, ya que cualquier escalada en la tensión puede tener repercusiones más amplias tanto a nivel regional como global.