La elección de los candidatos para el cargo de vicepresidente y la presidencia de la Junta Legislativa por parte de las Unidades Sociales Cristianas (PUSC) ha atraído una considerable atención política en el país. Este proceso electoral está marcado por una serie de negociaciones intensas y estrategias políticas que buscan definir el futuro de la representación legislativa.
Tras varios días de negociaciones, el emblemático “humo blanco” hizo su aparición, señalando un avance en las discusiones, y finalmente se eligieron a dos suplentes para los cargos de importancia. Vanessa Castro se posiciona como la candidata a la Vicepresidencia, después de renunciar a su deseo de ser la Presidenta de la Legislatura en favor del candidato designado por la Alianza de Liberación Nacional, Rodrigo Arias. Este movimiento estratégico se interpreta como una forma de atenuar tensiones y asegurar la colaboración entre los diferentes partidos en la Asamblea Legislativa.
La semana anterior, el líder bancario del PLN, Oscar Izquierdo, ya había indicado que las negociaciones con los representantes de los cristianos sociales incluían a Castro como candidata a la Vicepresidencia. Sin embargo, dentro de PUSC, la aceptación de esta propuesta no fue del todo unánime, lo que generó más incertidumbre en el proceso de selección. Después de un análisis exhaustivo, se determinó que Vanessa Castro ocupará el cargo, aunque Horacio Alvarado también sonaba como una opción viable para la vicepresidencia.
Por otro lado, Daniela Rojas ha sido elegida para asumir la primera oficina de la Junta Legislativa, un puesto que ha ocupado desde 2022. La situación anterior había presentado dos aspirantes a este cargo antes de las actuales elecciones, siendo que Alejandro Pacheco había sido el titular del puesto. Además, Carlos Felipe García había manifestado su deseo de continuar en el cargo, pero la decisión final recayó en Rojas. Su trayectoria incluye haber sido la líder del grupo Rojiazul en su primer año, y aunque había circulado la especulación de que Rodrigo Arias le había ofrecido la Vicepresidencia, optó, en cambio, por permanecer en este cargo legislativo clave.
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Castro esperaría el vicepresidente del Parlamento.
La cabeza de la fractura
El apoyo de PUSC es fundamental para que Rodrigo Arias logre ser elegido como presidente legislativo. Esto no solo aseguraría cuatro años más de duración en el Parlamento, sino también la consolidación de intereses políticos estratégicos entre las partes involucradas. A cambio de su respaldo, se espera que los cristianos sociales obtengan la oficina presidencial, un puesto que es vital para la nueva República, además de mantener la primera oficina, los espacios respectivos, así como influenciar las decisiones dentro de la junta.
Se estima que con el respaldo de PUSC, Arias contaría con ocho votos de este grupo, especialmente luego de que Leslye Bojorge anunciara su decisión de no optar por la libertad en el proceso electoral. Tanto Castro como Rojas se alinean con esta estrategia, ya que sus votos serán determinantes para la consolidación del poder presidencial, el cual ahora se cifra entre 33 y 34 votos. Así, la congruencia entre los líderes de PUSC y los representantes de PLN se torna esencial para definir el rumbo futuro del Parlamento.
Finalmente, desde PUSC, también se ha esbozado una ofensiva para sustituir a Maria Marta Carballo, designando a Alejandro Pacheco como líder de la clase, un rol que ya ocupó en el pasado. Pacheco había sido parte activa del segundo año del legislativo y con su repetición de nominación, se prevé que haga un impacto significativo antes de cerrar el actual período legislativo. Además, se espera que quien lo acompañe, Horacio Alvarado, aporte su experiencia al desarrollo de estrategias legislativas futuras.
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