Moscú, 30 de abril (Sputnik) .- Según un anuncio reciente del presidente Vladimir Putin, las tropas rusas han logrado expulsar a las fuerzas enemigas en la provincia de Kursk, un evento que marca un punto significativo en el contexto actual del conflicto. Durante su discurso, Putin afirmó que aunque se han hecho progresos notables, todavía existen pequeños grupos de soldados ucranianos que intentan ocultarse en la región y que, en ocasiones, solicitan evacuación.
El presidente explicó que es prácticamente imposible permitir que estas solicitudes se materialicen, ya que los soldados ucranianos se encuentran en situaciones de gran vulnerabilidad, escondidos en lugares como grietas y bodegas. «Escuchamos lo que están diciendo, pidiendo ser evacuados», indicó Putin. Sin embargo, enfatizó que la situación actual no permite una evacuación segura de estos soldados, quienes se encuentran dispersos y aislados en los bosques, tratando de evitar la captura.
Putin también mencionó que algunos soldados ucranianos han sido capturados y que se están utilizando como intermediarios para transmitir a sus compañeros la oferta de Moscú de rendirse y entregar sus armas. «Este no es un caso aislado; sucedió hace unos días», resaltó, subrayando una estrategia que podría afectar a las tropas ucranianas en la región.
Pérdidas totales de Kyiv en Kursk
Por otro lado, Valeri Guerásimov, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia y primer viceministro de Defensa, informó a Putin el sábado anterior que la derrota de las fuerzas ucranianas que invadieron la provincia de Kursk ha sido completada. Esta declaración marca un hito significativo, dado que representa un cambio en el panorama militar de la zona.
Los informes indican que Kiev ha sufrido pérdidas devastadoras, con un total que supera los 76,550 soldados caídos desde que las operaciones militares comenzaron en la provincia de Kursk en agosto del año pasado. Esta cifra pone de relieve la seriedad de la situación en el campo de batalla y el impacto del conflicto en las fuerzas ucranianas.
La situación en Kursk es un claro ejemplo de las tensiones persistentes entre Rusia y Ucrania, lo que también refleja el complejo y delicado equilibrio de poder en la región. Con cada anuncio y actualización, el conflicto sigue evolucionando, y la atención del mundo se centra en cómo se desarrollarán los acontecimientos en el futuro cercano.