La ciudad de Guatemala fue testigo de una significativa manifestación el 1 de mayo, organizado por varias organizaciones de trabajadores que marcharon por distintas avenidas de la capital para demandar el respeto de sus derechos fundamentales, reivindicaciones de salarios justos y la mejora de las condiciones laborales. Esta movilización se realiza anualmente, pero este año adquirió más relevancia debido a las circunstancias sociales y políticas que afectan a los trabajadores en el país.
A lo largo de la marcha, los sindicalistas, armados con pancartas y consignas, se congregaron en el mercado de La Palmita, ubicado en la zona 5 de la ciudad, y luego se desplazaron por un viaducto, atravesando el Puente Olímpico, continuando por la calle 24 y la 6ta Avenida. Cada parada fue marcada por vibrantes expresiones de protesta y exigencias de justicia económica, resonando sus mensajes en un clima de solidaridad y determinación.
Entre las preocupaciones que llevaron a las calles, había un particular énfasis en los abusos del sistema judicial, con manifestantes mostrando carteles que critican al Ministerio Público por las acciones que, a su juicio, criminalizan a quienes defienden sus derechos. Uno de los puntos más controversiales de esta jornada fue la detención de dos líderes históricos de los 48 cantones del Departamento de Totonicapán, quienes habían liderado protestas en el año 2023, lo que generó indignación y descontento entre los presentes.
Los manifestantes argumentan que la Oficina del Fiscal Especial contra la Corrupción, dirigida por la fiscal Consuelo Porras, ha estado tomando decisiones arbitrarias que ponen en entredicho la justicia en Guatemala. La presión para convertir estos movimientos sociales en blanco de represalias legales ha hecho que muchos, como los sindicatos presentes, exijan la cesación de tales abusos.
La marcha culminó en el centro de la ciudad, donde los asistentes llenaron la Plaza de la Constitución, justo frente a la sede del gobierno. Durante este evento, se hicieron eco de diversas comunicaciones que resaltaban la situación de los trabajadores y la necesidad de un cambio verdadero. Uno de los reclamos más potentes de la jornada fue la liberación del periodista José Rubén Zamora, exdirector del extinto El Periódico, mientras que también se reiteró la necesidad de defender la libertad de prensa frente a la intimidación.
“Hoy no es un día para celebrar, es un día para luchar”, declaró Edgar Cruz, Secretario General de la Unión Central de Trabajadores de Bebidas, de Coca-Cola Guatemala, reflejando el sentimiento predominante entre los asistentes. En un eco de esta lucha, el presidente de la nación, Bernardo Arévalo, expresó en sus redes sociales que reconoce «la lucha que ha forjado el camino» y destacó su compromiso con avanzar hacia un futuro donde se garantice un empleo digno para todos los guatemaltecos.
A través de una serie de iniciativas y esfuerzos, el gobierno está trabajando para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y generar condiciones más equitativas dentro del mercado laboral. Este Día Internacional de los Trabajadores, un símbolo de la lucha laboral a nivel global, sirve como un potente recordatorio de la importancia de la libertad, la justicia social y la democracia participativa en el contexto guatemalteco.