CARACAS, 2 de mayo (Xinhua) – En una acción significativa, la Corte Suprema de Justicia (TSJ) de Venezuela tomó la decisión de implementar una medida preventiva de reunificación familiar, la cual se hizo pública este viernes. Esta medida favorece a una niña llamada Maiklyn Espinoza, quien actualmente permanece retenida de manera ilegal en los Estados Unidos, separada de su madre y de su entorno familiar cercano. La situación ha generado inquietud entre las autoridades venezolanas y ha requerido atención urgente.
El TSJ, a través de la sentencia emitida por su sala de casación social, se ha declarado competente para hacer frente a esta delicada situación. En su declaración, la corte ha reafirmado la importancia primordial del bienestar de la menor, que ha sido separada de su madre, identificada como Inciarte de Bernal, durante un vuelo de repatriación hacia Venezuela. La corte ha destacado que el interés superior de la niña debe ser el eje central de cualquier decisión tomada en este caso.
Como resultado de esta decisión judicial, se ha otorgado la supervisión de Maiklyn a su madre, quien ha sido deportada a Venezuela. Además, se establece que el gobierno de Estados Unidos debe garantizar el “regreso seguro y saludable del niño” a su país de origen. Esta directiva se basa en los tratados internacionales sobre derechos infantiles, así como en el derecho a la unidad familiar, lo cual es considerado fundamental por parte del TSJ.
La resolución judicial también ha sido clara en su exigencia: «El regreso inmediato de la niña está (…) comandado de una manera segura y saludable a la República Bolivariana de Venezuela», insistiendo en la urgencia de esta medida. La corte ha solicitado que se notifique al ministerio público y a las oficinas consulares de Venezuela para que estas entidades implementen todas las acciones legales, políticas, diplomáticas y multilaterales necesarias para asegurar que la medida sea efectivamente cumplida.
Ayer, desde Caracas, se hizo un llamado a foros multilaterales para que adopten medidas urgentes que permitan restaurar el vínculo entre la niña y su familia, vínculos que fueron interrumpidos por acciones de las autoridades de Estados Unidos el pasado 25 de abril. Este tipo de situaciones subraya la complejidad de los asuntos migratorios y de derechos humanos en el contexto actual.
En un giro adicional a este trágico relato, también se ha reportado que el hermano de la menor fue deportado de los Estados Unidos y reubicado en una prisión de máxima seguridad en El Salvador, y todo esto ocurrió sin ningún proceso legal previo que garantizara sus derechos o su bienestar. Esta situación pone de manifiesto la necesidad urgente de que se respete el debido proceso y los derechos humanos de todos los involucrados.