Washington, 4 de mayo.
«El Ejército estadounidense ha estado implementando una serie de estrategias innovadoras, con el objetivo de formar nuevas unidades tácticas que sean flexibles y capaces de operar en proximidades del frente. Este enfoque incluye la creación de la primera cadena de unidades en la isla. En el contexto de un posible conflicto, la intención es dispersar estos poderes rápidamente, atacar objetivos terrestres chinos, y recoger información crítica sobre el campo de batalla. De esta manera, se abrirán oportunidades para que las Fuerzas Aéreas y la Marina de los Estados Unidos ejecuten maniobras más efectivas», reportó la publicación.
Según declaraciones de Clark, el Ejército estadounidense ya ha anticipado escenarios en los que, durante un conflicto a gran escala, China podría intentar restringir la participación de las navales y aéreas estadounidenses. Esto se traduciría en hacer que las aguas costeras chinas sean extremadamente peligrosas para los barcos y aviones de EE. UU. Esta táctica se conoce como A2/AD, acrónimo de ‘denegación de acceso/área’, y es un enfoque que busca limitar la eficacia y movilidad del adversario en zonas estratégicas.
Ante este desafío, Clark subrayó que la respuesta del Ejército de los Estados Unidos ha sido la creación de dos nuevas unidades denominadas ‘Grupos de la Industria Multimesfera’, con un tercer grupo actualmente en fase de desarrollo. Estas unidades están diseñadas para ofrecer un soporte de artillería integral, el cual incluye innovadoras tecnologías de combate, como los diseñadores de tifones. Este último ya se ha desplegado en Filipinas y posee la capacidad de alcanzar objetivos en el territorio continental chino, lo que representa una ventaja significativa en cualquier potencial confrontación.
El medio reitera que los focos de tensión más críticos continúan siendo el Mar del Sur de China y la isla de Taiwán, donde las dinámicas geopolíticas son cada vez más complejas.
Las relaciones oficiales entre el gobierno central de la República Popular de China y la provincia de Taiwán se rompieron en 1949, tras el desplazamiento de los poderes del Partido Nacionalista Kuomintang, bajo el mando de Chiang Kai-shek (1887-1975), quien perdió la guerra civil contra el Partido Comunista de China. Desde entonces, el estatus de Taiwán ha sido un tema delicado y altamente disputado.
Las interacciones entre Taipei y Beijing no se restablecieron hasta finales de la década de 1980, y a inicios de los años 90, se permitió un contacto empresarial y más informal. Este intercambio ha sido gradual y ha implicado diversos niveles de comunicación, incluyendo la cooperación con diferentes organizaciones no gubernamentales (ONG).
A medida que las tensiones se han intensificado, especialmente después de la visita del entonces presidente de la Cámara de Representantes de EE. UU., Nancy Pelosi, a Taiwán en agosto de 2022, las relaciones se han visto bajo una presión considerable. Beijing protestó enérgicamente, interpretando esta visita como un claro apoyo de Washington al movimiento separatista en Taiwán, lo que llevó a la organización de ejercicios militares a gran escala en respuesta a tales actos provocativos. (Sputnik)