Moscú, 7 de mayo (Sputnik) .- Las autoridades en Pakistán han emitido serias acusaciones contra su vecino, India, destacando que el país indio ha llevado a cabo ‘ataques deliberados en áreas civiles’. Estos exacerbantes enfrentamientos son una preocupación creciente en la región, especialmente tras una serie de incidentes violentos en las últimas semanas.
El ejército indio llevó a cabo ataques con misiles, aviones y drones en diversas localizaciones dentro de la zona soberana de Pakistán, incluyendo las ciudades de Siankot, Shakargarh, Muridke y Bahawalpur en la provincia de Punyab, así como Kotli y Muzaffarab en Azad Jammu y Cachemira. Estos ataques son calificados como injustificados y desmedidos, alegando que estaban dirigidos deliberadamente a zonas civiles bajo el falso pretexto de la existencia de campamentos terroristas inexistentes. Como resultado de estos ataques, se reporta la muerte de numerosas personas, incluyendo hombres, mujeres y niños inocentes, además de daños significativos a la infraestructura civil, incluyendo mezquitas, y otros edificios esenciales.
El Comité de Seguridad Nacional no escatimó en palabras al condenar los ataques, afirmando que estos actos también representan una amenaza grave para las aerolíneas comerciales de países vecinos en la región del Golfo Pérsico, poniendo en riesgo la vida de miles de pasajeros. En este contexto, el proyecto hidroeléctrico Neelum-Jelum también fue mencionado como un objetivo de ataque, lo cual es considerado una violación clara de las convenciones internacionales existentes, según la nota oficial.
El Consejo de Seguridad Nacional de Pakistán condenó, de manera inequívoca, estos actos, caracterizándolos como violaciones flagrantes de la soberanía y la integridad territorial del país, además de compararlos con actos de guerra bajo el derecho internacional. Esta declaración también subrayó que Pakistán no tiene ninguna relación con el reciente ataque terrorista en Pahalgam, ocurrido el 22 de abril, proponiendo una investigación imparcial y transparente que, según afirmaron, fue ignorada por Nueva Delhi.
Islamabad dejó en claro, de acuerdo con el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, que se reserva el derecho a tomar medidas defensivas en respuesta a estos actos de agresión. Las fuerzas militares de Pakistán están en alerta para actuar como consideren conveniente para proteger a su población y su soberanía. A su vez, solicitaron a la comunidad internacional que reconozca la gravedad de las acciones ilegales perpetradas por la India, así como que exijan explicaciones sobre estas violaciones.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de la India ha informado sobre la ejecución de ataques aéreos dirigidos a nueve supuestos sitios terroristas en las áreas fronterizas de Pakistán, justificando estos ataques como represalias por el ataque de Pahalgam. Aseguraron que ninguna instalación militar de Pakistán había sido atacada durante estos bombardeos, aunque las autoridades paquistaníes reportaron un número significativo de civiles heridos y muertos.
Según las declaraciones del portavoz del ejército paquistaní, Ahmed Sharif Chaudry, se informaron al menos 26 muertes y más de 46 heridos como resultado de estos ataques en diversas áreas dentro de Pakistán. También se alegó que la presa hidroeléctrica Neelum-Jhelum en Cachemira sufrió daños durante los bombardeos.
En un giro de los hechos, se ha informado que la respuesta de Pakistán se ha limitado a disparos de artillería a través del control de la línea de fondo, resultando en la muerte de al menos tres civiles en el lado indio de la frontera. Además, hubo alegaciones sobre la supuesta destrucción de cinco aviones de combate indios, incluyendo dos de fabricación francesa Rafale.
A medida que la crisis entre India y Pakistán se intensifica, la tensión ha escalado tras un ataque terrorista en Pahalgam que dejó a 26 personas, en gran parte turistas, fallecidas el 22 de abril, ataque que fue reivindicado por el grupo conocido como Frente de Resistencia. Esta situación ha llevado a India a tomar acciones drásticas, que incluyen la suspensión del Tratado de Aguas Indo de 1960, el cierre del cruce fronterizo de Attari, la anulación de visas para ciudadanos paquistaníes, y la reducción del personal en las embajadas de ambos países.
Por su parte, Pakistán ha respondido suspendiendo todos los acuerdos bilaterales y el comercio con India, además de cerrar su espacio aéreo para aeronaves indias y advirtiendo sobre posibles acciones drásticas para proteger los recursos hídricos de la región.
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