El 7 de mayo en Brasilia, el expresidente Jair Bolsonaro convocó a una multitudinaria manifestación en favor de la amnistía para aquellos acusados de haber participado en el intento de golpe de Estado ocurrido el 8 de enero, acto que tuvo lugar tras la victoria electoral del actual mandatario Luzy Inacio Lula da Silva, que se formalizó en marzo. Este evento ha reavivado los debates en torno a la estabilidad política del país y las acciones de sus anteriores líderes, generando una oleada de opiniones diversas en la sociedad brasileña.
Acompañado por su esposa, la ex primera dama Michelle Bolsonaro, el ex presidente fue visto en compañía de otras figuras destacadas, incluyendo al pastor Silas Malafaia y varios miembros del parlamento, quienes se han alineado con su agenda política. Sin embargo, la policía aún no ha emitido una cifra oficial sobre cuántos participantes asistieron a esta manifestación, dejando en el aire preguntas sobre el apoyo popular genuino que Bolsonaro aún posee. Esta aparición pública se produce apenas tres días después de que Bolsonaro se recuperara de una reciente operación médica; su salud ha sido un tema de preocupación desde que fue apuñalado en 2018.
En medio de este contexto, el Tribunal Supremo Federal de Brasil (STF) tomó una decisión unánime el martes, al conceder la libertad a otros siete individuos acusados de estar involucrados en el levantamiento contra el gobierno de Lula da Silva. Esta resolución ha dado lugar a un análisis más exhaustivo de los eventos que rodearon el intento de golpe, que ha estado bajo el escrutinio de los medios y de la opinión pública en general.
Hasta el momento, las acusaciones han sido presentadas contra tres grupos distintos, que suman un total de 21 personas implicadas en la crisis política. Entre los acusados se encuentra el propio Jair Bolsonaro, quien ha tomado una postura defensiva, dirigiendo sus comentarios hacia el juez responsable del caso, Alexandre de Moraes. En una conferencia de prensa, él mismo declaró que tenía conocimientos previos sobre el intento de golpe, sugiriendo que su papel podría haber sido más relevante de lo que inicialmente se pensó. Su defensa versa sobre si la emergencia de la situación justificaba la declaración de un estado de defensa.