Madrid, 8 de mayo (Europa Press) – El jueves, las Fuerzas Armadas de Israel llevaron a cabo una serie de operaciones militares dirigidas contra tres escuelas de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en el Medio Oriente (UNRWA) ubicadas en Jerusalén Este, incluidas aquellas en el campo de refugiados de Shuafat.
Durante estas incursiones, se les pidió a los estudiantes y docentes que abandonaran las instalaciones de inmediato, lo que resultó en el cierre forzado de las escuelas. Este cierre se suma a la orden de cierre de seis centros educativos emitida un mes atrás, la cual podría ser extendida indefinidamente. Esta acción ha sido criticada incluso por la propia UNRWA, ya que pone en peligro la educación de unos 800 niños.
El organismo de la ONU condenó firmemente la intervención militar, declarando: “Condenamos la interrupción armada de las fuerzas israelíes en tres de nuestras escuelas en Jerusalén Este”. También se comunicó el arresto de uno de sus trabajadores y se confirmaron las órdenes de expulsar a todos los estudiantes presentes, lo que fue considerado una medida alarmante por parte de la agencia.
La UNRWA advirtió que dicha acción no solo es ilegal, sino que visibiliza un esfuerzo deliberado por privar a los niños palestinos de su derecho a la educación. Este mensaje fue divulgado en un comunicado a través de sus plataformas en redes sociales.
Por otro lado, las autoridades palestinas han manifestado que los militares israelíes han penetrado tanto en las escuelas como en las áreas circundantes, describiendo esto como una «escalada sistemática de Israel contra la educación y las instituciones palestinas en la ciudad».
Desde el Ministerio de Educación Palestino se condenó la medida adoptada en lo que denominan «Jerusalén ocupada», advirtiendo que tales acciones representan un «crimen» contra la educación. “Estas acciones son contrarias al derecho internacional”, subrayaron, instando a la comunidad internacional y, en particular, a organismos como la UNESCO y UNICEF, a que «reanuden sus responsabilidades en la defensa de la educación”.
En declaraciones de un vocero palestino se exigió que se defiendan los derechos de los niños refugiados a recibir una educación gratuita y segura. “Estos ataques a las escuelas no cesarán a menos que la ocupación se retrase de alguna manera y esta guerra contra la educación termine en Jerusalén”, se enfatizó en un informe de la agencia de noticias palestinas, Wafa.
Asimismo, en el pasado mes de abril, Roland Friedrich, el director de UNRWA para asuntos relacionados con la franja de Gaza, advirtió que el cierre de escuelas constituye una violación de las obligaciones de Israel en virtud del derecho internacional. “Las escuelas de UNRWA en el campo de Shuafat han sido parte fundamental de la estructura social del área durante décadas, proporcionando a los niños educación de calidad en su proximidad”, aseveró Friedrich.
Pese a esto, el gobierno israelí ha prohibido el acceso a estos edificios escolares desde el jueves, impidiendo la entrada a directores, maestros, personal de limpieza, así como a padres y madres. Esta medida se inscribe en el marco de la reciente aprobación por parte del parlamento israelí de una ley que prohíbe las actividades de la agencia de la ONU. UNRWA considera estas medidas «ilegales» y resalta que las escuelas están protegidas por la inmunidad que otorgan las Naciones Unidas.