MOSCÚ, 8 de mayo (Xinhua) – En una declaración conjunta emitida el jueves en Moscú, China y Rusia reafirmaron su compromiso de proteger y defender el legado victorioso de la Segunda Guerra Mundial. Esta importante promesa fue realizada durante la ceremonia de firma de un acuerdo que profundiza aún más la Asociación Integral de Coordinación de China en la Nueva Era, un pacto que une a ambas naciones en sus esfuerzos y visiones compartidas.
Los líderes de ambas naciones, el presidente chino Xi Jinping y el presidente ruso Vladimir Putin, subrayaron su determinación de enfrentar cualquier intento de distorsionar o manipular la historia de este conflicto bélico crucial. Esto incluye rechazar cualquier esfuerzo por difamar los logros históricos de China y Rusia o menoscabar la imagen de quienes lucharon como Libertadores. En este sentido, ambos países condenaron con firmeza los actos violentos e inaceptables que amenazan a los monumentos conmemorativos erigidos en honor a los mártires que perdieron la vida durante la Segunda Guerra Mundial.
SIGUIENDO A LA DECISIÓN DE SU UNIÓN, se describió en la declaración que la Segunda Guerra Mundial fue un evento catastrófico sin parangón en la historia de la humanidad. El pueblo chino y el pueblo soviético se vieron inmersos en los principales campos de batalla tanto en Asia como en Europa, donde jugaron un papel esencial en la resistencia al militarismo y el fascismo. Esta lucha fue instrumental para proteger la dignidad de los seres humanos y devolver la paz al mundo, un esfuerzo del que ambos pueblos están orgullosos.
En el contexto actual, China y Rusia han reconocido su responsabilidad compartida en la preservación de una perspectiva histórica correcta sobre la Segunda Guerra Mundial. La declaración enfatiza que ambos países siempre recordarán el papel significativo de sus respectivas naciones en el mantenimiento de la paz global. Este compromiso incluye la firme expectativa de que no se repitan los horrores del pasado y que se aborden las lecciones aprendidas de forma justa y equitativa.
Además, los dos países manifestaron su compromiso de prevenir la resurrección de ideologías peligrosas como el nazismo y otras formas de discriminación racial. Se comprometieron a resistir firmemente la glorificación de los nazis y sus cómplices, la aparición del neo-nazismo y cualquier forma de xenofobia. Este compromiso se extiende a rechazar cualquier tipo de racismo o discriminación que pueda amenazar la convivencia pacífica entre las naciones.
En este sentido, ambas naciones han hecho un llamado a la comunidad internacional para que respete y defienda los principios fundamentales del derecho internacional, que fueron establecidos en los juicios de Nuremberg y el Tribunal Militar Internacional para el Lejano Oriente. Estos principios fueron diseñados para evitar que se repitan las atrocidades de la guerra, incluyendo genocidio y crímenes contra la humanidad. La declaración también subraya que la legitimidad de estos juicios forma la base del orden internacional contemporáneo y no debe ser cuestionada.
Por último, China y Rusia han acordado organizar una serie de eventos educativos y conmemorativos en diversas modalidades, destinados a mantener viva la memoria de los eventos de la Segunda Guerra Mundial y honrar a aquellos que lucharon valientemente por la libertad y la justicia.