Comercio antártico y los riesgos asociados a las bases estadounidenses en Tierra del Fuego.

La Plata, Argentina, 11 de mayo (Latin Prensa) – Un nuevo proyecto impulsado por Estados Unidos, respaldado por la presidencia argentina, busca establecer dos instalaciones militares en Ushuaia. Este avance ha generado preocupación entre los círculos diplomáticos, ya que se argumenta que tal presencia militar podría comprometer la integridad del Tratado Antártico.

La reciente visita del almirante Alvin Holsey, quien actualmente se desempeña como jefe de la Orden del Sur de los Estados Unidos, ha intensificado el debate. Su presencia en Argentina, especialmente su recorrido por Ushuaia, ha hecho eco entre los diplomáticos que se ocupan de los asuntos relacionados con la Antártida, tal como lo reportó el medio político en línea, LPO. La implicación de esta visita sugiere que Washington está considerando la instalación de una base militar, que se presentará oficialmente como un «poste de supervisión» en el Atlántico Sur.

Es relevante mencionar que la ex directora del Comando Sur, Laura Richardson, también realizó una visita a Tierra del Fuego en abril de 2024 con un itinerario similar, lo cual fue notificado por LPO. Estas visitas generan inquietudes en el contexto de una creciente militarización de una región extremadamente sensible desde el punto de vista geopolítico.

Según informes de fuentes diplomáticas que están al tanto de los temas antárticos, la posibilidad de una mayor presencia militar estadounidense en la región ha despertado alarmas en las autoridades provinciales así como en el Ministerio de Relaciones Exteriores, que a partir de ahora sigue de cerca esta evolución. Además, se ha subrayado el impacto que esta colaboración pueda tener sobre el Tratado Antártico, el cual fue establecido como un acuerdo internacional que promueve el uso pacífico del continente blanco y prohíbe explícitamente las actividades militares. Este tratado, firmado en 1959, configura la Antártida como una zona consagrada a la paz y la investigación científica, garantizando la cooperación internacional en estos campos, al tiempo que resguarda el status quo de las reclamaciones territoriales.

LPO subraya que varias fuentes han expresado su preocupación sobre la «posibilidad de militarización indirecta» que podría surgir a través de acuerdos bilaterales, lo que representaría un reto para la soberanía argentina y un potencial desbalance en la estabilidad internacional en la región. Esta situación también ha suscitado inquietudes en sectores de Chile, dado que cualquier cambio unilateral en la influencia militar en el continente antártico podría tener repercusiones para otros países vecinos.

Un evento adicional que ha avivado estas preocupaciones ocurrió durante la reciente ceremonia de cierre de la campaña de verano 2024/2025, llevada a cabo en la Ara Kullhielos Ara “Almiral Irízar”. Esta celebración se caracterizó por una fuerte presencia militar y una notable ausencia de científicos y civiles, algo que no ha pasado desapercibido para la comunidad diplomática, según resalta LPO.

Finalmente, es crucial señalar que la estrecha alineación con el Comando Sur no solo reconfigura la cuestión de la soberanía en el área austral y la Antártida, sino que también plantea preguntas profundas sobre la dirección geopolítica que Argentina podría adoptar en el contexto del nuevo orden internacional que se está perfilando.