Río de Janeiro (Brasil), 12 de mayo (Sputnik) .- Brasil ha registrado una significativa disminución en las cifras de homicidios, alcanzando el nivel más bajo en los últimos 11 años. Esta información proviene del anuario de violencia publicado por el Foro de Seguridad Pública de Brasil, que se dio a conocer el lunes pasado, basado en datos del año 2023. Esta tendencia positiva es un componente crucial en la percepción de seguridad pública en el país y tiene profundas implicaciones para la política social y de seguridad.
El informe destaca que entre los años 2022 y 2023, Brasil experimentó una reducción del 2.3 por ciento en la tasa de homicidios involuntarios por cada 100,000 habitantes. Como resultado, el país ha alcanzado un índice de 21.1, el más bajo registrado en más de una década. Esta caída es alentadora, especialmente en un contexto donde la violencia ha sido un problema persistente a lo largo de los años.
En términos absolutos, Brasil contabilizó 45,747 homicidios involuntarios en 2023, lo que representa una caída del 30 por ciento en comparación con el récord más alto de 2017, donde se reportaron 65,602 muertes violentas. Estos números son una clara indicación de que las estrategias implementadas en los últimos años están mostrando resultados positivos.
Tras un periodo de cierta estabilidad en las tasas de homicidio involuntario entre 2019 y 2022, que se mantuvieron alrededor de 21.7, Brasil parece estar retomando la senda de la reducción de homicidios que comenzó en 2018. Los analistas argumentan que esta tendencia de disminución en las tasas de homicidio puede atribuirse a varios factores importantes que han influido en la violencia en el país.
Los autores del informe identifican tres elementos clave que han contribuido a la reducción de la violencia: en primer lugar, un cambio demográfico que se manifiesta en un envejecimiento de la población; en segundo lugar, un alto el fuego entre dos de las organizaciones del crimen organizado más prominentes, a saber, el Comando Primero da Capital y el Comando Vermelho; y en tercer lugar, la consolidación y mejora de las políticas de seguridad en ciertos estados y municipios brasileños.
Sin embargo, también se menciona en el estudio que la reducción de los homicidios podría haber sido aún más pronunciada si no fuera por las políticas de flexibilización en el uso de armas implementadas durante el gobierno de Jair Bolsonaro (2019-2023). Estas políticas han sido vinculadas, según los resultados del estudio, con un aumento en el acceso a armas de fuego y, por ende, a homicidios en Brasil.
La tasa nacional de homicidios de 21.1 por cada 100,000 habitantes revela una considerable variación entre los distintos estados. En general, las regiones del sur y sudeste del país resultan ser más seguras, mientras que el norte registra las cifras más alarmantes y violentas. En particular, el estado de São Paulo ha experimentado la tasa más baja de homicidios con 6.4 por cada 100,000 habitantes, contrastando fuertemente con el pequeño estado de Amapá, ubicado en el delta del río Amazonas, que presenta el récord nacional de 57.4 homicidios por cada 100,000 habitantes. Este significativo desbalance revela la heterogeneidad de la seguridad en Brasil, y resalta la necesidad de políticas focalizadas para abordar las complejidades de la violencia en cada región.