Beijing, 13 de mayo (Latin Press) – En un discurso apasionado, el presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva afirmó que «Ningún país puede progresar en sí mismo», enfatizando la necesidad imperiosa de que América Latina y el Caribe colaboren de manera conjunta para enfrentar los desafíos históricos que han obstaculizado su avance.
Este mensaje fue pronunciado durante la apertura de la Asamblea Ministerial IV del Foro China-Celac, donde reunió a líderes destacados, incluyendo al presidente anfitrión Xi Jinping y otros dignatarios de la región. Durante este evento crucial, Lula destacó que se encuentra ante nosotros una bifurcación crítica en el camino de América Latina: la opción de seguir siendo vista como una región marcada por la pobreza o, en contraste, transformarse en un modelo de desarrollo sostenible, inclusivo y justo para todos.
El presidente hizo un llamado claro para aprender de los errores cometidos a lo largo de 500 años de historia, donde han prevalecido la explotación y la confrontación entre diferentes bloques. Lula abogó por la construcción de un orden multipolar global, en el que los países en desarrollo tengan una voz tangible en los asuntos mundiales, subrayando la urgencia de fortalecer los mecanismos de diálogo sur-sur.
En su análisis sobre las relaciones con China, subrayó la significativa expansión de estos lazos en la última década. «Hoy en día, China se ha convertido en el segundo socio comercial más importante de Brasil y un aliado fundamental para la mayoría de los países latinoamericanos, presentando alrededor de 500 empresas operando activamente en la región», comentó Lula.
Además, destacó que los recursos disponibles a través de las instituciones financieras chinas superan los créditos ofrecidos por el Banco Mundial, o son al menos comparables en magnitud. En este contexto, Lula observó que el enfoque en la exportación de materias primas durante las últimas décadas ha aumentado significativamente la presencia de la región en la economía global.
Añadió que este flujo de capital ha permitido a muchos países llevar a cabo proyectos estratégicos en sectores clave como infraestructura, agricultura y energía. Lula no pasó por alto el apoyo brindado por Beijing durante la pandemia de Covid-19, el cual ha sido crucial para la obtención de vacunas que han protegido a millones en nuestra región.
A pesar de estos avances, Lula reconoció que los desafíos persisten. La sostenibilidad económica de muchos proyectos depende de una mejor coordinación entre los países de América Latina. Por esto, enfatizó la relevancia de articular políticas comunes y facilitar la libre circulación de bienes y servicios en la región.
Asimismo, defendió la idea de iniciativas como la franja y la ruta, que fomentan el desarrollo de infraestructuras, redes digitales y transporte, señalando que «la riqueza a largo plazo requiere economías sólidas y equilibradas». En esta línea, Lula reafirmó que América Latina y el Caribe están en el camino de disminuir las asimetrías económicas y sociales mediante políticas integradoras y la cooperación internacional.
En su discurso, también hizo hincapié en que la colaboración con China podría ser un motor para fortalecer la industria local y promover la innovación tecnológica. «Desarrollar tecnologías digitales y la inteligencia artificial no debería ser un privilegio exclusivo de un puñado de países», dijo, lo que subraya la necesidad de un enfoque más equitativo hacia el acceso a la tecnología.
Finalmente, Lula concluyó resaltando que la transición hacia economías bajas en carbono exige un acceso universal a tecnologías limpias, una meta especialmente crucial para regiones vulnerables como América Latina y el Caribe, que necesitan participar de manera activa y equitativa en la economía global y en la lucha contra el cambio climático.