América Latina y el Caribe reafirmaron su apoyo al compromiso con la integración regional.

Tegucigalpa, 9 de abril (Latin Press) La IX Cumbre Presidencial de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) ha reiterado su compromiso de fortalecer la organización como un mecanismo crucial para la consulta política que une a todos los países de la región. Este foro se convierte en una plataforma vital para abordar los desafíos comunes y explorar soluciones a las diversas problemáticas que enfrentan sus miembros.

En un contexto en el que los problemas de la región se tornan cada vez más complejos, los jefes de estado y altos representantes del CELAC lograron llegar, mediante un consenso, a la declaración de Tegucigalpa. Este es, sin duda, un documento de vital importancia que surge de estas discusiones, con el objetivo de fijar directrices claras y abordar de forma unida los retos que enfrenta América Latina y el Caribe.

Los 11 líderes presentes en la cumbre, entre ellos la presidente anfitriona Xiomara Castro, subrayaron la importancia de la proclamación de América Latina y el Caribe como una zona de paz, reafirmando su compromiso con los principios de respeto, cooperación y diálogo. Esta proclamación se da once años después de haber sido firmada durante la II Cumbre en La Habana, Cuba, y es un recordatorio de la necesidad de mantener la estabilidad en la región.

La zona de paz promovida comporta el respeto de los propósitos y principios que rigen la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, incluyendo la cooperación internacional, la democracia, el Estado de derecho y el multilateralismo. Al mismo tiempo, se enfatiza la protección y promoción de todos los derechos humanos, así como el respeto por la autodeterminación y la soberanía de los Estados, evitando cualquier injerencia en sus asuntos internos.

Asimismo, los representantes de 30 de los 33 Estados miembros del CELAC se unieron en su rechazo a la imposición de medidas coercitivas unilaterales, que contravienen las normas del derecho internacional, incluyendo aquellas que limitan el comercio internacional. En este sentido, reafirmaron su creencia de que es fundamental para una persona nacional de un Estado latinoamericano o caribeño ocupar la Secretaría General de la ONU, enfatizando que, de los nueve secretarios generales previos, solo uno ha surgido de la región, además de señalar que ninguna mujer ha ocupado esta posición.

La cumbre destaca la importancia de coordinar intervenciones conjuntas en foros multilaterales sobre temas de interés mutuo, lo que señala un paso hacia una mayor unidad dentro de la organización. Los miembros también expresaron su reconocimiento a Honduras por su labor a partir de 2024 como Presidencia Pro Tempore (PPT) y se comprometieron a seguir llevando a cabo reuniones de alto nivel para compartir experiencias en aspectos cruciales como la seguridad alimentaria, empoderamiento de mujeres, educación, y el caso del café y la energía, así como la cooperación financiera y el cambio climático.

Igualmente, reiteraron su disposición para mantener abiertos canales de diálogo político, buscando profundizar los lazos de cooperación de la CELAC con otros países y grupos regionales. En este contexto, celebraron los progresos realizados durante los encuentros organizados bajo la PPT de Honduras, los cuales fueron conducidos en el marco de la 79ª Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

La cumbre también da la bienvenida a Colombia, que asumirá la presidencia del CELAC en el periodo 2025-2026. El país tiene un plan con prioridades bien definidas que incluye la transición energética, las políticas de movilidad humana, la salud, la seguridad alimentaria, y el medio ambiente en el contexto del cambio climático.

Además, la Presidencia Pro Tempore de Colombia se diseña para abordar temas como la situación de los pueblos indígenas y afrodescendientes, la innovación en ciencia y tecnología, la infraestructura y conectividad, así como el fortalecimiento del comercio y la inversión, y la educación, todo ello enmarcado dentro de un esfuerzo por fomentar la igualdad de género y contrarrestar el crimen organizado transnacional.

Finalmente, los líderes manifestaron su apoyo a la estabilidad de Haití, destacando la creciente importancia de cada país para colaborar en la restauración de un entorno de seguridad humana, vital para la normalización de la situación política, económica y social en esa nación, todo esto en una perspectiva de desarrollo integral.