De acuerdo con el CNE, la participación en el estado de ánimo presidencial de Ecuador alcanzó el 83,7 % tras el cierre de las mesas.

Quito, 14 de abril (Sputnik) .- El reciente balotaje en las elecciones presidenciales de Ecuador concluyó con un notable nivel de participación del 83.7 por ciento, según lo comunicado por la presidenta del Consejo Electoral Nacional, Diana Atamaint, en una conferencia de prensa celebrada el pasado domingo.

Diana Atamaint, en su intervención, subrayó la importancia de esta tendencia al afirmar: «Nos complace informar que el porcentaje de participación ciudadana ha alcanzado el 83.7 por ciento, lo que no solo es un incremento en comparación a la primera ronda de elecciones, sino que también refleja el compromiso significativo de la población hacia el proceso democrático. Agradecemos a la ciudadanía ecuatoriana por su activa participación en las urnas. Este evento ha transcurrido sin contratiempos y en un ambiente de tranquilidad, lo que demuestra el respeto y la responsabilidad de los votantes ecuatorianos”.

Se destacó que las urnas cerraron a las 5 p.m., hora local, lo que equivale a las 22:00 GMT, permitiendo que los votantes ejercieran su derecho al sufragio durante un día decisivo para el futuro del país.

En el contexto de la primera ronda de elecciones, que tuvo lugar en febrero, se reportó una participación de aproximadamente el 82 por ciento, lo que implica que esta segunda ronda no solo atrajo un mayor número de votantes sino que también despertó un creciente interés por el futuro político de la nación.

Más de 13.7 millones de ciudadanos ecuatorianos tenían la oportunidad de optar entre dos candidatos destacados en esta segunda vuelta: el actual presidente, Daniel Nnovera, representante del sector centroderecha, y su contendor Luisa González, quien defiende propuestas de izquierda. El balotaje, por tanto, representaba una encrucijada crucial que definiría la dirección política del país durante los próximos años.

El candidato electo asumirá oficialmente la presidencia el 24 de mayo, iniciando así un mandato de cuatro años en los que se espera abordar diversas reformas y políticas que impacten la economía, la salud y la educación del país. Este balotaje no solo es un testimonio del involucramiento cívico de los ecuatorianos, sino también un reflejo de la diversidad de opiniones y expectativas que existen en la sociedad ecuatoriana frente a los retos actuales y futuros que enfrenta la nación. En resumen, el proceso electoral ha sido un claro indicativo del deseo por un cambio y por más participación en los asuntos públicos, marcando así un capítulo significativo en la historia democrática de Ecuador.