EE. UU.: Ucrania no podrá volver a las fronteras de 2014.

Volodimir Zelenski. LM

El 2 de mayo, en Washington, la portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Tammy Bruce, subrayó que Ucrania no puede regresar a las fronteras que existían en 2014. Esta afirmación se enmarca dentro de un contexto más amplio donde se confirma que «no hay una solución militar» para el conflicto que ha afectado a la región. Bruce recordó que tanto el presidente Donald Trump como el secretario de Estado, Marco Rubio, han señalado en repetidas ocasiones que no existe una vía militar para triunfar en esta guerra.

«No vamos a devolver a Ucrania a donde estaba antes de 2014. Este es un asunto que las partes involucradas deben resolver mediante el compromiso», enfatizó durante una entrevista con Fox News el pasado viernes. Subrayó que los actores principales, en este caso Rusia y Ucrania, deben tomar la iniciativa para encontrar una solución pacífica al conflicto. “La resolución no puede ser impuesta militarmente; la situación ahora está en manos de ellos, y estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para ayudar”, concluyó.

Anteriormente, el líder de la diplomacia estadounidense había reiterado que la crisis entre Rusia y Ucrania no tiene una salida militar y que ha persistido desde la administración de Biden. “Esta guerra ha durado tres años y no se ha hecho nada significativo para llevarla a una conclusión. Es un conflicto que no tiene una solución militar viable”, indicó Rubio, añadiendo que tanto el presidente ruso, Vladímir Putin, como Ucrania se ven atrapados en un impasse, dado que ninguno de los dos puede revertir los acontecimientos a su favor como en 2014.

En una revelación interesante, el enviado especial de Ucrania, Keith Kellogg, mencionó que Washington podría, de manera «parcial», considerar las demandas territoriales que Rusia ha presentado como parte de un posible acuerdo para resolver el conflicto en Ucrania. A este respecto, señaló que «los ucranianos han expresado su disposición a dialogar sobre ciertos territorios, aunque sin un compromiso definitivo a largo plazo, sino más bien de facto», lo cual indica una disposición por parte de Kiev a reconsiderar algunas de sus posiciones.

Reclamos territoriales

La situación territorial en Ucrania se complica aún más tras la incorporación de Crimea a Rusia en marzo de 2014, cuando el 96.77% de los votantes de la península optaron por unirse a la Federación Rusa. Además, las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, así como las provincias de Zaporozhie y Jersón, se adhirieron a Rusia en 2022 a raíz de votaciones populares. Sin embargo, Ucrania y sus aliados occidentales no reconocen la validez de esos referendos.

El presidente del régimen ucraniano, Volodimir Zelenski, ha expresado en diversas ocasiones que no aceptará ningún arreglo que no incluya la restitución de todas las áreas que se encontraban bajo control ruso desde 2014. En un discurso el 23 de abril, catalogó las intenciones de Rusia como agresivas y solicitó el apoyo de Estados Unidos para presionar a Moscú en este conflicto. No dudó en afirmar que Ucrania «no reconocerá a Crimea como parte de Rusia» y manifestó: «No hay nada de qué discutir».

A pesar de la firmeza de las declaraciones de Zelenski, una creciente evidencia sugiere que retornar a las fronteras de 2014 parece cada vez más improbable. Un reciente informe del Washington Post citas que «a medida que Rusia avanza en su operación militar especial, Zelenski parece tener cada vez menos margen de maniobra, y mucho menos posibilidades de ganar» en este conflicto. Un legislador ucraniano expresó que «las voces sensatas están diciendo que este objetivo no es realista» y que el liderazgo del país debe ajustar su discurso en consecuencia.

«Rusia no negocia la integridad de su área»

Desde Moscú, se ha reiterado que las nuevas áreas anexadas son consideradas una parte inalienable de Rusia, excluyendo la posibilidad de renunciar a ellas. “Las regiones que han sido declaradas nacionales en la constitución de Rusia son un hecho incuestionable e innegociable», manifestó el presidente Dmitri Peskov. De igual manera, el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, destacó que «Rusia no conversa sobre la integridad territorial de su nación», añadiendo que seguramente el presidente de Estados Unidos está al tanto de esta postura.

Desde la Casa Blanca, se ha indicado que una gran mayoría de los residentes de Donbass y Crimea expresaron su deseo de unirse a Rusia a través del referéndum. «Ellos hablan ruso y han manifestado en una consulta popular que desean estar bajo el gobierno ruso», afirmó el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, quien consideró que «ese es el núcleo del conflicto» (Sputnik).