El reciente conflicto dentro del partido Pusc ha llevado a una decisión crucial en la selección de su candidato para la primera oficina, que implica un contrato y negociaciones no solo con el partido, sino también con Rodrigo Arias. Esta decisión, sin embargo, no se tomó de manera unánime entre sus miembros. El debate en torno a la elección ha revelado diversas opiniones y tensiones entre los integrantes del partido.
Carlos Felipe García, uno de los miembros destacados del partido, optó por no votar en esta decisión, pero no se quedó de brazos cruzados. El jueves, él mismo propuso su nombre para el puesto que ocupó durante el tercer período legislativo, lo que complicó las expectativas iniciales de simplicidad del proceso.
García argumentó que su experiencia podría ser un activo valioso en la toma de decisiones del partido, mencionando: «Creía que en exceso de las decisiones del delito podría tener la oportunidad de contribuir y bueno, hoy la mayoría de la sesión legislativa tomó la decisión de apostar porque continuó liderando desde el primer secretario». Su llamado a la unidad y apoyo fue un intento estratégico para consolidar su posición.
En la primera votación, García recibió el respaldo de 20 suplentes, mientras que su rival, Rojas, obtuvo 28 votos. Sin embargo, dado que ambos candidatos necesitaban un mínimo de 29 votos para asegurar el cargo en la primera ronda, fue necesario avanzar a una segunda votación. Esto pone de manifiesto las tensiones internas y la necesidad de negociación entre los diferentes sectores del partido.
Durante este proceso, varios diputados del PLN rompieron el contrato existente y, notablemente, Rojas decidió no votar, lo que volvió a generar inconsistencias y discusiones internas en cada etapa del proceso de elección. Esto demuestra cómo las decisiones en el ámbito legislativo pueden ser profundamente influenciadas por factores interpersonales y dinámicas internas en los partidos.
Cuando llegó la segunda votación, la situación se tornó aún más interesante. García tuvo un rendimiento sorprendentemente mejorado, obteniendo 28 votos, mientras que Rojas sólo logró 27. A esto se sumaron cero votos y un voto en blanco, que, de acuerdo con la regulación aplicable, se suma al candidato con más votos. Esto impulsó a García a alcanzar un total de 30 votos, asegurando así su posición en la primera oficina.
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García celebró su victoria. (Alonso Solano/The Observer)