

El 26 de marzo de este año, el Instituto de Investigación Judicial (OIJ) presentó un informe dirigido a Carlo Díaz, el Fiscal General, en el cual se señala a Rodrigo Chaves, presidente de la República, como responsable de un controvertido altercado con el empresario Christian Bulgarelli. Este incidente ha generado considerable atención mediática y ha puesto de relieve la responsabilidad del presidente.
El lunes pasado, se hizo pública una grabación que captura un momento clave en el que el presidente Chaves ingresaba al restaurante Sapore en San José, acompañado por el subdirector de Pilar Cisneros y varios de sus escoltas, justo cuando se estaba produciendo un enfrentamiento con Bulgarelli. La grabación se convierte en parte fundamental del análisis en curso.
Este informe se originó a partir del secuestro de la grabación titulada «Extracto, apoyo y análisis del tratado de video Sapore», relacionada con la causa 25-000019-0033-PE, que investiga un supuesto delito de conmoción cerebral causado por acciones que habrían interferido con el desarrollo normal del servicio público. La veracidad y el contenido de la grabación son cruciales para la investigación, y las agencias judiciales han destacado el interés por obtenerla.
El 24 de marzo, los representantes judiciales intentaron conseguir la grabación y realizaron gestiones para hablar con Constantini, un ciudadano de origen italiano y propietario del restaurante Sapore. Aunque inicialmente estaba colaborando, Constantini consultó a su abogado y luego se negó a entregar el material, a pesar de que los agentes contaban con una orden del Ministro de Justicia para hacerlo.
En un intento por obtener el material audiovisual, las autoridades informaron que continuarían con un proceso de búsqueda si el propietario del restaurante persistía en su negativa. A pesar de su rechazo, lograron recuperar el día siguiente el registro que contenía dicha información. Tras someterlo a un análisis exhaustivo, los agentes pudieron identificar que Bulgarelli estaba situado en una mesa en la parte sureste del restaurante, acompañado por dos mujeres y un hombre.
El informe detalla que a las 12:33:02, el presidente Rodrigo Chaves dirigió la mirada hacia Christian Bulgarelli y, aunque su intervención verbal no fue captada por el audio, se sugirió que sus palabras contenían un tono irónico. En ese contexto, Bulgarelli estaba concentrado en su teléfono móvil mientras Chaves lo miraba fijamente. Se menciona también que la situación se tornó más tensa a medida que las escoltas del presidente comenzaron a rodear a Bulgarelli. Un miembro del equipo de seguridad identificado como Jeffry Cerdas, quien es director de una División de Intervención Especial, se encontraba entre ellos.
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«Actitud arrogante, alta y desafiante»
Más detalles del incidente indican que una mujer en la mesa contigua, que estaba observando lo que ocurría, comenzó a grabar la situación con su teléfono móvil. A medida que la tensión aumentaba, la Sra. Cisneros Gallo se aproximó a Chaves en un intento por calmarlo y sacarlo de la incómoda situación, ya que había clientes en el restaurante que eran testigos del altercado.
Según el informe, uno de los escoltas llegó a estrechar la mano de Bulgarelli como un gesto de disculpa por el comportamiento del presidente. Se considera que esta acción fue una respuesta directa a la conducta agresiva exhibida por Rodrigo Chaves en ese momento. Además, se señala que la actitud del presidente fue marcada por la arrogancia, con gestos y palabras que dejaban claro su desafío hacia Bulgarelli.
El documento indica que el empresario mantuvo una postura defensiva, con ambas manos en alto, mientras las tensiones continuaban escalando. A pesar de que Chaves finalmente se retiró a una zona apartada del restaurante, se pudo observar en los videos cómo sus escoltas seguían aún al lado de Bulgarelli.
La grabación también muestra a una mujer asociada a Bulgarelli intentando mediar en la situación. Las palabras de Chaves se registran en el video: «Mantengan la paz… dejen a este hombre en paz, si hay problemas, provienen de mí», mientras que Cisneros le instaba a «no valer la pena». La declaración de Cisneros, que intenta enmarcar el conflicto como una simple controversia de palabras, ha generado más debate.
En cuanto a la problemática que vincula a Bulgarelli con la gestión de Chaves, se ha intentado establecer comunicación con el empresario sin éxito, ya que recientemente ha estado enfocado en la llegada de su hijo, nacido la semana pasada. Por otro lado, el diputado Cisneros ha expresado su apoyo al presidente, argumentando que no hubo un delito en la interacción, insistiendo en que todo fue simplemente un malentendido.
El mismo día
Coincidentemente, el mismo día en que se difundió el video, la oficina del fiscal notificó sobre la acusación contra Chaves relacionado con un presunto delito por conmoción cerebral. Esto se vincula a la contratación de servicios de comunicación por un monto superior a los $400,000, financiados por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Se argumenta que la relación entre el presidente Chaves y Bulgarelli podría estar marcada por «malentendidos», ya que el empresario está en la mira del ministerio público debido a su promesa de colaborar en el proceso judicial. En diversas ocasiones, se ha señalado a Patricia Navarro, la exministra de comunicaciones, como la auténtica responsable detrás de la contratación, argumentando que fue ella la que solicitó a Bulgarelli realizar un trabajo que luego fue cuestionado.
Por su parte, el BCIE ha mencionado que hubo claridad respecto a la consulta entre Navarro y Bulgarelli en este asunto. La situación sigue en desarrollo, generando interés y especulación sobre la esfera política y judicial del país.
Christian Bulgarelli asistió al Comité Legislativo para referirse a este Acuerdo.