Teherán, 21 de abril (Xinhua) – En una reciente declaración, Kazem Gharibadi, quien ocupa el cargo de Vicepresidente de Asuntos Exteriores de Irán, subrayó que el país está adoptando una postura decidida en sus negociaciones indirectas con Estados Unidos. Destacó que es fundamental evitar cualquier tipo de demoras en el proceso diplomático, considerando la importancia que estas negociaciones tienen para el futuro político y económico de Irán.
Gharibadi hizo estas declaraciones durante una reunión con miembros del Comité de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento en Teherán. Durante esta interacción, Ebrahim Rezaei, portavoz del comité, compartió la información con la agencia de noticias oficial IRNA, revelando la visión de Gharibadi sobre el proceso de negociación.
Durante la segunda ronda de conversaciones indirectas, que se llevó a cabo en Roma el pasado sábado, Teherán y Washington lograron consensuar «el marco general, la agenda y las discusiones técnicas posteriores». Esta etapa del diálogo se ha caracterizado por un enfoque más estructurado y constructivo, contribuyendo a un ambiente más propicio para el entendimiento mutuo.
Según los comentarios de Rezaei, Gharibadi hizo hincapié en que «todas las sanciones impuestas contra Irán deben ser levantadas de tal manera que la población iraní vea un beneficio económico tangible». Esta es una línea decisiva que el gobierno iraní no está dispuesto a negociar, pues considera el derecho a enriquecer uranio como una de sus «líneas rojas» innegociables.
Las conversaciones en Roma y la anterior ronda de diálogo, que tuvo lugar el 12 de abril en Mascato, la capital de Omán, se han centrado principalmente en el controvertido programa nuclear de Irán y en la pronta eliminación de las sanciones impuestas por Washington. Estas discusiones han sido calificadas como «constructivas» por ambas partes, lo que sugiere un avance significativo, a pesar de las tensiones existentes.
Es importante recordar que estas conversaciones se desarrollan en un contexto geopolítico extremadamente tenso, especialmente tras las amenazas del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien advirtió con bombardeos a Irán si no aceptaba la oferta de establecer diálogos, la cual fue presentada a los líderes iraníes a principios de marzo.
Irán firmó un acuerdo nuclear conocido formalmente como el Plan de Acción Integral Conjunto en julio de 2015, junto con seis grandes potencias mundiales: Reino Unido, China, Francia, Alemania, Rusia y Estados Unidos. En este acuerdo, Irán aceptó imponer restricciones en su programa nuclear a cambio de un alivio de las sanciones económicas.
Sin embargo, el panorama cambió drásticamente en mayo de 2018, cuando Estados Unidos se retiró unilateralmente del acuerdo y reimpuso severas sanciones. Desde entonces, Irán ha comenzado a violar parte de sus compromisos establecidos en el pacto. A pesar de los intentos que se han realizado para reactivar el acuerdo nuclear, no se ha logrado un progreso significativo, dejando la situación en un estado de incertidumbre tanto para Irán como para las potencias involucradas.