El 8 de abril, durante su segunda sesión legislativa, se aprobó un nuevo símbolo nacional para Costa Rica, un acontecimiento que marca una nueva etapa en la identidad cultural del país. Este símbolo no es solo una decoración, sino un reflejo profundo de la historia y el patrimonio del pueblo costarricense.
Las casas de Adobe y Bahareque son emblemas que han dejado huella en la arquitectura tradicional de Costa Rica, siendo especialmente representativas en las áreas rurales. La utilización de estos materiales no solo refleja una técnica constructiva, sino también una forma de vida que está íntimamente relacionada con el entorno natural del país.
El proyecto de ley fue presentado por el subdirector Luis Fernando Mendoza, quien ha sido un ferviente defensor de esta iniciativa. Su esfuerzo obtuvo el respaldo de una amplia mayoría en la legislatura, lo que evidencia el interés por preservar y valorar las tradiciones culturales del país.
“La declaración de este símbolo es un reconocimiento a una infraestructura que no solo representa nuestra autoimagen, sino que también tiene un costo importante para la identidad RICO”, comentó Mendoza durante el debate. Este tipo de infraestructura es fundamental, no solo por su estética, sino por lo que representa en términos de cultura y comunidad.
El diputado también destacó que este símbolo no se limita a ser un mero adorno, sino que representa la riqueza del patrimonio cultural que se manifiesta en instalaciones que promueven la convivencia pacífica, así como la libertad y la democracia que caracterizan a Costa Rica. Estas son cualidades que han sido fundamentales en el desarrollo del país a lo largo de los años, y su reflejo en la arquitectura es crucial para entender la cultura costarricense en su totalidad.
La aprobación de este nuevo símbolo nacional será también una invitación al Ministerio de Educación Pública (MEP) para que incorpore en los programas educativos las enseñanzas relacionadas con este símbolo y su importancia cultural. Por otro lado, el Ministerio de Cultura tiene la responsabilidad de fortalecer las políticas que promuevan la conservación de estas estructuras emblemáticas.
Así mismo, el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) recibirá un encargo para desarrollar campañas que resalten estas características tanto en el turismo nacional como internacional, ayudando a fomentar el aprecio por el patrimonio cultural del país.
Con más de 20 símbolos nacionales ya reconocidos en Costa Rica, la sesión legislativa tiene varias iniciativas en marcha para ampliar esta lista. En la agenda se encuentran propuestas para declarar como símbolos nacionales al Volcán Arenal, la Lapa Roja, el Caballo Costarricense y también aspectos de nuestra historia, como la Ley de Independencia.
Además, hay un proyecto de ley presentado por el oficial Manuel Morales que busca formalizar la declaración de otro símbolo nacional, cuya propuesta ya ha sido presentada y está a la espera de ser discutida en el Parlamento.
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