Las empresas que fomentan la formación y la participación contribuyen a incrementar la competitividad del país.

SAN JOSÉ, 09 de abril (Elmundo.CR) – El capital de género en los sectores económicos ha sido objeto de investigación durante años, y hoy se ha convertido en un elemento crucial para potenciar la competitividad y la sostenibilidad de las empresas. A través de diversas iniciativas que fomentan la capacitación y la participación activa de las mujeres, un número creciente de compañías ha logrado optimizar sus procesos y se ha aventurado a innovar en sus respectivas industrias, generando, así, un impacto positivo tanto en su rendimiento como en el entorno laboral.

De acuerdo con datos compartidos por el promotor del comercio exterior en Costa Rica, conocido como Procomer, se proyecta que hacia finales del año 2024, aproximadamente el 40% del empleo creado por las empresas de inversión extranjera directa en el país estará ocupado por mujeres. Esta tendencia creciente en la participación femenina es un claro reflejo de la efectividad de las iniciativas de capacitación profesional, las cuales están enfocadas en potenciar el capital humano en sectores estratégicos.

«Es absolutamente fundamental que promovamos y facilitemos la participación de las mujeres en todos los sectores productivos», manifestó Laura López, gerente general de Procomer. La directiva añadió que observar el crecimiento dentro del ámbito industrial permite a las empresas cumplir con los estándares requeridos por la industria y al mismo tiempo abre diversas oportunidades que pueden estimular el crecimiento económico de Costa Rica.»

En este contexto, Arcelormittal, una empresa dedicada a la producción de acero para la construcción y otras aplicaciones, es un claro ejemplo de cómo la adopción de una cultura de inclusión ha dado sus frutos. Esta compañía ha desarrollado programas de capacitación que han permitido a un número significativo de mujeres acceder a posiciones clave en sus operaciones. Gracias a estas iniciativas, el equipo ha logrado no solo optimizar su eficiencia, sino también fomentar la innovación en sus procesos productivos.

Entre los ejemplos destacados se encuentran Grimaldi Fallas y Paula Vallejo, quienes han encontrado en este ambiente laboral una plataforma ideal para su desarrollo profesional. Ambas trabajadoras han compartido cómo el acceso a la capacitación y la incorporación en nuevos roles ha revitalizado tanto su productividad como el ambiente de trabajo en general.

Crecimiento y liderazgo en el sector en evolución

Para Grimaldi Fallas, quien trabaja como asistente en una bodega, unirse a estas iniciativas ha sido una oportunidad invaluable para ampliar sus conocimientos y asumir nuevos retos. Ella expresó: «Cada vez que un cliente se siente satisfecho y logramos resolver sus necesidades, me siento orgullosa de mi trabajo. Es un aprendizaje continuo sobre materiales, máquinas y seguridad».

Por su parte, Paula Vallejo ha enfatizado cómo su propia evolución profesional ha sido impulsada por la capacitación que ha recibido y el apoyo proporcionado por su equipo. «Esta experiencia ha enriquecido mis habilidades y me ha permitido contribuir al crecimiento en mi área de trabajo», comentó.

Ambas trabajadoras reconocen el avance hacia la equidad de género en sus respectivos sectores. La creación de nuevas posiciones y el acceso a formación en el manejo de maquinaria han permitido que muchas mujeres asuman roles que anteriormente eran exclusivos de hombres. «Hoy en día encontramos más espacio en diversas áreas de la empresa, y esto ha sido clave para nuestro desarrollo», afirmó Vallejo.

Al promover un entorno más inclusivo, las empresas no solo generan beneficios para su personal, sino que también contribuyen a fortalecer la economía nacional en su conjunto. La capacitación en áreas como la maquinaria pesada, la soldadura y la logística ha facilitado que más mujeres accedan a empleos tradicionalmente masculinos, lo que demuestra que la diversidad y la competitividad están intrínsecamente conectadas.

«Es imperativo abandonar la idea de que las mujeres no pueden desempeñarse en estos sectores. Hay oportunidades disponibles, y debemos confiar en nuestras habilidades para aprovecharlas», concluyó Vallejo.

La dedicación de las empresas hacia el fomento del capital humano es vital para el desarrollo del sector exportador costarricense. Ejemplos como el de Arcelormittal subrayan que la inversión en talento humano no solo promueve la competitividad, sino que también asegura la sostenibilidad de la producción, reforzando así la posición de Costa Rica en los mercados internacionales.