MONTEVIDEO, 15 de mayo (Xinhua) – Miles de uruguayos continuaron el jueves rindiendo homenaje frente al ataúd del ex presidente José «Pepe» Mujica, quien falleció el 13 de mayo a la edad de 89 años. Este evento marcó el segundo y último día de la vigilia en el Palacio Legislativo, ubicado en la ciudad de Montevideo. Desde el miércoles por la tarde, se abrió la entrada pública para rendir tributo en el salón conocido como «Los Pasos Perdidos», donde se exhibía el ataúd de Mujica. Cientos de personas comenzaron a hacer filas, esperando su turno para dar su último adiós.
Durante el primer día de la capilla ardiente, el miércoles, se estimó que alrededor de 40,000 personas visitaron el lugar. En esta segunda jornada, se esperaba que otros 20,000 se unieran, de acuerdo con lo reportado por las autoridades parlamentarias. La diversidad de las personas que se congregaron para rendir homenaje fue notable; familias enteras, desde niños hasta ancianos, de diversos orígenes, transitaban solemnemente por el recinto. Muchos portaban banderas del partido oficial, el Frente Amplio (FA), así como del Movimiento de Participación Popular (MPP), una de las agrupaciones que Mujica ayudó a fundar y que juega un papel predominante en el partido gobernante.
A lo largo del salón, los asistentes dejaron arreglos de flores, cartas, fotografías y otros tributos cerca del ataúd, que estaba cubierto por la bandera de Uruguay y el pabellón que representa a José Artigas. Este ambiente conmovedor fue palpable entre todos los que asistieron. Una mujer, de aproximadamente 40 años, expresó su sentir al decir que «Mujica deja un legado muy importante, una vida que siempre debemos recordar». Otra persona en la fila subrayó que Mujica enseñó sobre «la resiliencia» y que, a pesar de las adversidades, «siempre hay que levantarse nuevamente». Esto resuena especialmente en los corazones de quienes lo admiraban.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, también estuvo presente el jueves para rendir sus respetos, junto a Mujica, su ex vicepresidenta Lucía Topolansky y el actual presidente de Uruguay, Yamandú Orsi. Horas después, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, hizo su aparición y dedicó unas palabras al líder uruguayo, reconociendo su grandeza. «Vine a rendir homenaje a un político que fue mucho más que eso; ‘Pepe’ Mujica es una figura que invita a reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro», afirmó Lula, quien estuvo acompañado por su esposa, Rosânbla.
La capilla ardiente se mantuvo abierta hasta las 17:00 horas locales (20:00 GMT), momento en el cual se realizó la ceremonia de transferencia del ataúd para su cremación. Este fue llevado al sitio ceremonial el miércoles por la mañana, en una emotiva marcha que cruzó el centro de Montevideo. El recorrido fue acompañado por numerosos simpatizantes, liderados por un caballo que transportaba el ataúd, seguido por el presidente Orsi y miles de uruguayos.
Mujica, quien ocupó el cargo presidencial entre 2010 y 2015, había solicitado que su cuerpo fuese cremado y que las cenizas se distribuyeran en su ‘granja’, situada en las afueras de Montevideo, donde finalmente falleció tras una batalla contra el cáncer de esófago. En respuesta a su muerte, el gobierno de Uruguay decretó tres días de duelo nacional, marcando así la trascendencia de un líder que se caracterizó por su «sensibilidad popular» y su compromiso incansable con la justicia social a lo largo de su trayectoria política.