Samarcanda, la histórica ciudad de Uzbekistán, fue el escenario de un evento significativo el pasado 4 de abril, que marcó la celebración de la primera cumbre de la Era Central de Asia. En esta cumbre, los líderes de varias naciones se unieron para mostrar su compromiso con la paz y la estabilidad en regiones complejas como Afganistán y Ucrania. Este evento no solo reunió a jefes de estado, sino que también simbolizó el fortalecimiento de la cooperación y el diálogo en una época marcada por desafíos globales.
La cumbre fue presidida por el presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, y contó con la participación de importantes figuras políticas de la región, incluyendo a Kazim-Yomart Tokáev de Kazajistán, Sadir Zhapárov de Kirguistán, Emomalí Rajmon de Tayikistán, y Gurbanlí Berdimujamédov de Turkmenistán. Además, la Unión Europea tuvo una representación digna con la presencia del jefe del Consejo Europeo, Antonio Costa, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Durante la cumbre, se hizo hincapié en la dedicación de los líderes a promover la estabilidad no solo en sus respectivos países, sino también en el contexto global. En la declaración conjunta que se emitió al finalizar el evento, se destacó la importancia de proteger el estado de derecho, los derechos humanos y las libertades fundamentales como pilares esenciales para una convivencia pacífica y productiva.
Adicionalmente, los jefes de estado discutieron una serie de iniciativas para fortalecer la cooperación en el ámbito económico, comercial y de inversión. Abordaron la necesidad de implementar acuerdos bilaterales actuales y futuros, que fomenten un entorno propicio para el crecimiento y el desarrollo sostenible. Las negociaciones y discusiones apuntan a un marco de colaboración que minimice las barreras y maximice las oportunidades de desarrollo entre las naciones participantes.
La cumbre hizo un énfasis particular en la energía verde y la transición hacia fuentes sostenibles. Los líderes reafirmaron su compromiso común para establecer cadenas de valor que garanticen un acceso eficiente a materias primas críticas. Como parte de esta iniciativa, se aprobó una declaración de intenciones entre la Unión Europea y Asia Central, lo cual refleja una unión de esfuerzos por un futuro sostenible.
Un tema importante tratado fue el progreso del desarrollo del corredor de transporte transcaspiano, una vía vital que conecta Europa con Asia Central. Este corredor no solo optimiza el comercio entre las regiones, sino que también desempeña un papel crucial en el fortalecimiento de la infraestructura logística de la zona.
Los líderes acordaron movilizar un paquete de inversión internacional valorado en 10,000 millones de euros, destinado a mantener y modernizar las redes de infraestructura y logística de transporte en Asia Central. Este compromiso financiero no solo servirá para garantizar la sostenibilidad de las redes existentes, sino que también permitirá a la región mejorar su conectividad con el resto del mundo. En resumen, la cumbre fue un paso significativo hacia un futuro de cooperación más estrecha, estabilidad y desarrollo sostenible en Asia Central.