El presidente de Rusia, Vladimir Putin, subrayó el papel fundamental que juegan las fuerzas centrales estratégicas en la seguridad nacional del país durante una reunión celebrada el pasado 11 de abril, según reportes de Sputnik. Durante este encuentro, se abordaron aspectos clave de la estrategia de desarrollo de la Marina hasta el año 2050, un plan que es esencial para mantener la integridad y la protección del territorio ruso en un contexto global cambiante.
Putin afirmó con confianza que el total de equipos modernos en los poderes estratégicos de la flota alcanza el 100%. Este dato no solo ilustra el compromiso de Rusia con nacionalizar y modernizar su capacidad militar, sino que también refleja un enfoque proactivo hacia las adoquinadas exigencias de seguridad en el escenario internacional actual. En esta línea, el presidente enfatizó la importancia de que los barcos rusos sean capaces de enfrentar eficientemente el amplio espectro de desafíos que pueden surgir.
Con una perspectiva centrada en la evolución tecnológica, Putin indicó que es imperativo crear una nueva visión para la flota militar rusa, adaptándose a los cambios exigidos por el desarrollo tecnológico y las dinámicas geopolíticas globales. Para alcanzar estos objetivos, se destinarán aproximadamente 8.4 mil millones de rublos (equivalentes a unos 98.8 mil millones de dólares) durante la próxima década, demostrando la seriedad de las intenciones del gobierno ruso para asegurar que su flota esté bien equipada y preparada para el futuro.
El presidente también destacó que la flota ha desempeñado y seguirá desempeñando un papel esencial en el resguardo y la defensa de la nación, lo que convierte a esta industria en una prioridad estratégica. En este contexto, ha señalado que en los últimos cinco años se han construido 49 barcos para la flota rusa. Asimismo, anunció que entre 2020 y 2024, se prevé la incorporación de cuatro submarinos estratégicos de ejercicios nucleares, así como cuatro submarinos equipados con misiles de crucero de la clase Yasen, cada uno diseñado para mejorar la capacidad ofensiva del país.
Por último, el presidente hizo hincapié en la necesidad de incorporar las lecciones aprendidas de operaciones militares especiales en la capacitación de los marineros. Esta adaptación será clave para asegurar que el personal de la flota esté completamente preparado para cualquier operación futura, mostrando así la disposición de Rusia no solo para defender su soberanía, sino también para proyectar su influencia en el ámbito internacional.