Rodrigo Arias admite las motivaciones detrás de su intento de conseguir su cuarto mandato consecutivo como presidente en la Asamblea Legislativa.

Hace casi una semana, Rodrigo Arias fue elegido por tercera vez como presidente de la Legislatura, una posición que representa un importante hito en su carrera política, dado que esta será su cuarta parte del Parlamento tras su primera elección en 2022. Esta reelección no solo refleja su habilidad para navegar por los complejos caminos de la política, sino también su capacidad para construir alianzas dentro de un entorno legislativo que a menudo puede ser divisivo y polarizado.

Como gerente adjunto de Verdiblanco, su liderazgo y estrategia han logrado respaldar a 33 legisladores. Aunque fue un apoyo pequeño de solo cuatro votos, fue suficiente para concretar su permanencia en este cargo hasta el año 2026, asegurando su posición como una figura de autoridad dentro del Parlamento y de la República. La relevancia de esta elección radica en que permite a Arias dejar una marca significativa en la historia política, posicionándolo como un líder influyente que ha formado parte integral del proceso legislativo.

Las razones detrás de su búsqueda por el cuarto término son evidentes y multifacéticas. Esta elección no solo le asegura un lugar en los anales de la historia política del Parlamento, sino que también lo sitúa como uno de los pocos CEO adjuntos que ha logrado ser presidente durante cuatro años consecutivos en diferentes períodos ejecutivos. El primero en alcanzar esta notable hazaña fue Francisco Antonio Pacheco, quien ocupó el cargo durante el período de 2006 a 2010.

Además, Arias se convierte en el primer subdirector de la oposición en lograr tal distinción dentro de la estructura legislativa. “¿Por qué acepté esta cuarta posición? Es un logro que marca de manera indirecta un hito que nadie más ha alcanzado; ser un poder legislativo por cuarta vez desde la oposición,” comentó Arias el miércoles durante su intervención en la agenda de Claro de Radio Columbia.

En su reciente declaración, Arias subrayó que tiene dos desafíos fundamentales para este último período que se extiende de 2025 a 2026. “El primero es ayudar a asegurar que se conozca y respete a las organizaciones,” aseguró. No pasó por alto el hecho de que algunos discursos y acciones de líderes políticos pueden haber socavado la dignidad y el respeto que deberían caracterizar las instituciones. “Cuando escucho al presidente llamando a renunciar al fiscal o emitido palabras abusivas hacia el presidente del tribunal, al parlamento o mismo TSE, siento que tengo la responsabilidad de ser parte de la defensa de esas instituciones,” añadió, refiriéndose a su compromiso con la legislatura.

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Arias disfrutó de su re-selección el 1 de mayo. Aquí mientras esperaba el resultado con la ofensiva PLN, Oscar Izquierdo. (Asamblea legislativa)

No están enfermos

A pesar de no contar con el respaldo del partido gobernante y enfrentarse a un ataque constante por parte de la oposición, Arias se mostró firme en su decisión de continuar y enfrentar los retos que se avecinan. “Este es el primer deber que encuentro,” afirmó en una entrevista el miércoles, evidenciando su compromiso con la situación actual del país.

“Si no hubiera aceptado y simplemente me hubiera retirado, los demás organismos probablemente podrían sentir que los estamos debilitando. Aquí, el poder debe estar unido,” añadió, reafirmando la importancia de la colaboración y el entendimiento entre las diferentes ramas del gobierno.

Otro de los temas prioritarios que decidió abordar durante su mandato es el de la seguridad nacional, buscando activamente cómo colaborar con las autoridades en la lucha contra el crimen organizado. Arias se comprometió a continuar dirigiendo las reuniones y estableciendo canales de comunicación con los organismos encargados de la seguridad, incluyendo al Ministerio Público y al OIJ, a fin de establecer soluciones efectivas y proponer iniciativas legislativas que les otorguen las herramientas necesarias para combatir el delito eficazmente.