Lamentablemente, la República Dominicana ha sufrido la pérdida de uno de sus grandes artistas, el cantante de merengue Rubby Pérez. Su muerte fue confirmada tras un trágico accidente que ocurrió en una discoteca donde se encontraba trabajando. El colapso del techo del lugar dejó a muchas personas atrapadas y desató una serie de eventos fatales que marcarían el día de luto en el país.
El trágico destino de Rubby Pérez tras el colapso del techo en una discoteca de la República Dominicana
En las primeras horas de la mañana, se dio a conocer que Rubby Pérez había sido rescatado; sin embargo, a medida que avanzó el día, se hizo pública la confirmación de su fallecimiento. A los 69 años, el cuerpo del querido cantante permaneció entre los escombros del lugar donde una vez alegró a su audiencia.
Entre las víctimas fatales también se encontraban otros nombres relevantes, tales como el gobernador Nelsy Cruz y el destacado jugador de béisbol Octavio DOP.
Rubby Pérez se presentaba en el Jet Set Disco, uno de los locales más emblemáticos de Santo Domingo, capital de la República Dominicana. En ese momento, el artista ofrecía un concierto ante una multitud de entre 500 y 1,000 personas cuando, desgraciadamente, el techo del establecimiento comenzó a colapsar.
Hasta el momento, se ha confirmado la muerte de 79 personas a causa de esta tragedia. Cerca de 370 socorristas y 150 ambulancias se encontraban en el lugar realizando las labores de búsqueda y rescate, enfrentando retos considerables para llegar a aquellos atrapados en los escombros.
La vida y legado de Rubby Pérez
Rubby Pérez, cuyo nombre de pila es Roberto Antonio Pérez Herrera, fue un ícono del merengue. A los 15 años, soñaba con ser un destacado jugador de béisbol, pero su destino cambió drásticamente cuando un accidente automovilístico lo dejó con una pierna rota, pasándola casi un año hospitalizado y requiriendo dos años de rehabilitación, según las palabras del propio artista en entrevistas con Billboard.
Ese desafortunado evento hizo que la música se convirtiera en una parte esencial de su vida. Con una guitarra en mano, comenzó a dar alegría a otros pacientes en el hospital, redirigiendo su pasión hacia la música.
Su carrera musical despegó en las «pitágoras sueltas», compartiendo escenario con la orquesta de Fernando Villalona. Sin embargo, su verdadero reconocimiento llegó en 1982 con la orquesta de Wilfrido Vargas, con la que logró éxitos memorables como El africano y Volveré.
Desde 1986, Rubby se desarrolló como solista, lanzando álbumes como Buscando tus besos y Dame veneno, que le hicieron acreedor a numerosos galardones. Recibió diversos álbumes de oro y platino, y tuvo la oportunidad de realizar giras internacionales, incluyendo actuaciones memorables en el Madison Square Garden de Nueva York.
En el año anterior, Rubby fue reconocido con el prestigioso Soberano por la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte), un homenaje a su dedicación y trayectoria en el mundo de la música.