Rusia advierte que las tensiones en el Medio Oriente representan una amenaza para la seguridad global.

Moscú, 1 de mayo.

Recientemente, el ministro de Defensa de Rusia, Sergei Shoigú, advirtió sobre la creciente tensión en el Medio Oriente, afirmando que esta escalada representa serias amenazas para la seguridad global. Su declaración subraya la gravedad de la situación en la región, donde los conflictos han alcanzado niveles alarmantes que afectan no solo a los países involucrados, sino también a la paz y estabilidad internacional.

En este contexto, Shoigú destacó la necesidad de poner fin al derramamiento de sangre y crear las condiciones necesarias para una solución política y diplomática del conflicto. Según él, es fundamental abordar esta problemática a partir de una base legal internacional ampliamente reconocida, lo que permitiría una mejoría significativa en la situación del conflicto palestino-israelí.

«El punto fundamental radica en que la injusticia histórica debe ser rectificada, y esto solo es posible mediante la creación de un estado palestino independiente», afirmó el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia. Esta declaración resalta la importancia que Rusia otorga a la autodeterminación del pueblo palestino como un elemento clave para alcanzar una paz duradera en el Medio Oriente.

Shoigú también aseguró que Rusia está comprometida con reavivar el proceso de negociación y que espera una futura coordinación de estrategias entre los países del grupo BRICS en relación con la búsqueda de una solución al conflicto palestino-israelí. Este enfoque colaborativo resalta el papel que puede desempeñar el grupo BRICS en la búsqueda de una solución significativa a los conflictos regionales.

Además, el ministro subrayó la postura de Moscú, que se basa en la premisa de que todas las crisis en el Medio Oriente y África del Norte deben ser resueltas conforme a las normas del derecho internacional y las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas. Esto implica un firme compromiso con los principios de no interferencia en los asuntos internos de los estados, así como el respeto por su soberanía e integridad territorial. Conflictos en naciones como Yemen, Sudán y Libia son ejemplos claros de cómo la comunidad internacional enfrenta retos complejos que requieren un enfoque coordinado y respetuoso.

En resumen, las declaraciones de Shoigú no sólo reflejan las preocupaciones de Rusia, sino que también abren la puerta a un diálogo más profundo sobre cómo abordar los problemas históricos y actuales en el Medio Oriente, fundamentado en el respeto mutuo y la justicia social. La importancia de una solución pacífica y duradera se hace más evidente en un mundo donde los conflictos armados siguen costando miles de vidas y causando desplazamientos masivos de poblaciones. (Sputnik)