(Washington, Estados Unidos). El presidente Donald Trump ha dado a conocer en un anuncio realizado el lunes su intención de emitir una orden ejecutiva que despojaría a los estados de la autoridad necesaria para regular la creciente y dinámica industria de la inteligencia artificial (IA). Según sus palabras, esta innovación tecnológica es fundamental para mantener y consolidar el dominio global de Estados Unidos en el ámbito tecnológico y económico.
En un post publicado en la red social Truth Social, Trump enfatizó: “Tiene que haber un manual único si queremos seguir siendo líderes en inteligencia artificial.” Este llamado a la unificación normativa refleja su preocupación por la posible fragmentación del marco regulatorio a nivel estatal, lo que según él podría obstaculizar el progreso y la competitividad de la nación en este sector tan crucial.
Sin embargo, esta iniciativa de Trump no está exenta de controversia. El presidente se enfrenta a una notable resistencia tanto política como legal. Muchos críticos en el Congreso, incluidos algunos demócratas y ciertos republicanos, han expresado su preocupación acerca del potencial daño que la inteligencia artificial puede acarrear tanto a nivel económico como social. La rápida evolución y la naturaleza disruptiva de esta tecnología han llevado a un debate ferviente sobre cómo debe ser gestionada.
La administración de Trump justifica la necesidad de estas acciones por razones de seguridad nacional, especialmente en un contexto geopolítico donde la competencia con China se intensifica. A medida que la IA se perfila como uno de los principales vectores de inversión en Estados Unidos, el gobierno busca consolidar su posición de liderazgo y asegurar que se tomen decisiones coherentes y estratégicas a nivel nacional.
No obstante, los analistas advierten que la regulación centralizada podría tener efectos indeseados. El escepticismo que rodea a esta propuesta se debe a los temores sobre las repercusiones que podría tener la falta de una supervisión adecuada. Algunos legisladores temen que la eliminación del control estatal puede llevar a abusos potenciales o a una falta de responsabilidad, elevando así los riesgos asociados con la IA en la vida cotidiana.
Trump también subrayó en su publicación, «Estamos superando a TODOS LOS PAÍSES en la carrera en este momento, pero eso no durará mucho cuando tengamos 50 estados, muchos de ellos actores negativos, involucrados en las REGLAS y el PROCESO DE APROBACIÓN.» Este comentario pone de manifiesto su percepción de que el desarrollo coherente y unificado de la inteligencia artificial es crucial para mantener la ventaja competitiva de Estados Unidos en el escenario internacional.
Finalmente, el presidente advirtió de manera contundente: «¡No puede haber ninguna duda! ¡La IA será destruida en su infancia! Publicaré un reglamento UNIFORME (para todo el país, nota del editor) esta semana.» Esta declaración pone en evidencia la urgencia que siente su administración respecto a la implementación de directrices claras y efectivas que posicionen a Estados Unidos como un líder indiscutible en esta tecnología del futuro.




